Biochar (de origen inglés, a partir de bio- y charcoal, "carbón vegetal"; también llamado 'biocarbón' en español) es el nombre que recibe el carbón vegetal cuando es empleado como enmienda para el suelo. Es decir, es biomasa de origen vegetal procesada por medio de la pirólisis (quema).
Este uso del carbón se está investigando como una forma de secuestrar carbono para reducir las emisiones de dióxido de carbono.[1] Por lo tanto, este sistema tiene el potencial de ayudar a mitigar el cambio climático.[2][3] Se afirma que el biochar puede incrementar la fertilidad en suelos ácidos (suelos con bajo pH), incrementar la productividad agrícola y brindar protección contra algunas enfermedades foliares y edáficas.[4] Además, se dice que podría ayudar a reducir la presión que se viene ejerciendo sobre los bosques.[5] El biochar es un material estable, rico en carbono, y puede perdurar en el suelo durante miles de años.[1]