El Departamento de Seguridad Nacional de los Estados Unidos (en inglés: United States Department of Homeland Security; acrónimo: US DHS) es el departamento ejecutivo del gobierno federal de Estados Unidos responsable de la seguridad pública, equiparable a los ministerios del interior de otros países. Entre las funciones de las que se encarga por velar cuenta la lucha contra el terrorismo, la seguridad fronteriza, inmigración y aduanas, seguridad cibernética y la gestión y prevención ante desastres. Comenzó a operar en 2003, lo que lo convierte en el departamento del gabinete más reciente de Estados Unidos. El departamento se creó a partir de 24 agencias federales ya existentes en respuesta a los atentados del 11 de septiembre de 2001.[2][3]
Mientras que el Departamento de Defensa se encarga de acciones militares, el Departamento de Seguridad Nacional trabaja en la esfera civil para proteger los Estados Unidos dentro y fuera de sus fronteras. Su objetivo es prepararse, prevenir y responder a emergencias nacionales, en especial el terrorismo. De acuerdo con Peter Andreas, experto en geopolítica, la creación del DHS constituyó la reorganización gubernamental más importante de Estados Unidos desde la Guerra Fría.[4]
Con más de 200.000 empleados, Seguridad Nacional es el tercer ministerio más grande del gobierno federal de Estados Unidos por debajo del Departamento de Defensa y el Departamento de Asuntos de los Veteranos. La política del Departamento se coordina en la Casa Blanca por el Consejo de Seguridad Nacional, con Frances Townsend como Asesora de Seguridad Nacional. Otros ministerios con responsabilidades en la seguridad nacional son el Departamento de Salud y Servicios Humanos, el Departamento de Justicia y el Departamento de Energía. Entre las críticas al departamento se pueden citar el supuesto despilfarro y el ineficiente uso de sus grandes recursos económicos[5] y la violación de la privacidad y las libertades civiles de los ciudadanos estadounidenses y extranjeros.[6]