Entrega, reparto, domicilio o delivery (hispanizado como delíveri)[1] es una actividad que forma parte del área de logística que tiene por finalidad colocar o entregar bienes, servicios, fondos o información directamente en el lugar de consumo o uso (al cliente final).[2][3]
A la persona dedicada a esta actividad se le denomina, según cada contexto, repartidor, recadero, distribuidor, mensajero, mandadero o delivery.[1]
En el ámbito empresarial, la gestión del delivery se preocupa del diseño, planificación, implementación y mejora de los flujos asociados a la entrega, generalmente sujeta a restricciones de tiempos y costes.
El resultado de la gestión del reparto o delivery es la operación de colocar en el tiempo acordado, en las condiciones acordadas y a la persona adecuada, la cantidad precisa de un bien o servicio adquirido.
El avance en las comunicaciones y el uso de las nuevas tecnologías de la información han permitido que también sea una condición del servicio disponer de trazabilidad del producto en tiempo real.
La logística adquiere distintos grados de complejidad dependiendo de la industria y mercados donde se aplica, así otra propiedad del reparto o delivery es la posibilidad de maximizar la interacción humana al final del flujo, con posibilidades de emplearse en la fidelización de clientes (envío de regalos), estudios de mercado (aplicación de encuestas) u otros fines.
La proliferación de los servicios web y las atenciones remotas tienen como consecuencia inmediata resolver de la forma más eficiente la actividad de entrega. Un excelente servicio de atención virtual o telefónica puede verse severamente opacado e incluso debilitado si la solución de entrega carece de atributos valorados por el cliente o los acuerdos de plazos y condiciones de entrega no se cumplen; por ello conocer el estado de tracking del pedido es esencial y esto se consigue mediante el desarrollo continuo del software de trazabilidad. De esta forma, pueden ser encontrados en la web muchos servicios diferentes para realizar entregas utilizando sistemas de pedidos en línea, los cuales describen una forma de trazabilidad utilizando los estados en los que se encuentra un pedido.
Aún cuando el reparto puede referirse a la entrega mediante cañerías, cableado o inalámbrico (Ej: gas por cañería, agua potable, electricidad, Internet, etc), este artículo es una acepción referida a la entrega de bienes físicos mediante transporte, en este sentido, el delivery se encarga de resolver todos los traslados entre un lugar de origen (almacén, sucursal, centro de distribución, etc) y el cliente o usuario final, la dirección del flujo puede ser indistintamente hacia uno y otro sentido o sincronizadamente en ambos. En una secuencia ideal, el flujo del reparto se inicia desde que el usuario o cliente finaliza el ingreso de su solicitud o requerimiento mediante un portal de atención remota, sea este una página web, una aplicación de teléfonos inteligentes, un software específico diseñado para estos fines, un centro de llamadas o incluso de atención presencial, donde solicita el reparto a domicilio, y finaliza cuando el solicitante recibe los bienes o servicios enviados. Cualquier variación requerida a este flujo entre los puntos de origen y final, también corresponde resolver como parte de los procesos de entrega. Así es como en despachos de larga distancia, las actividad de Cross docking, transporte ferroviario, naviero o aéreo también son parte del flujo del delivery.
Siempre dentro del ámbito empresarial, delivery no es sinónimo de distribución, sin embargo es un intermediario en el canal de distribución por cuanto pone en manos de los clientes (o consumidores) los productos que estos han adquirido.
El éxito del desempeño de un servicio de delivery se mide principalmente por llegar en tiempo y completo, el indicador usado es OTIF, que es la intersección de los pedidos que fueron entregados completos y en tiempo y su razón con el total de pedidos. OTIF significa On Time - In Full (En tiempo y completo).