El expansionismo es la tendencia que tienen ciertos Estados a extender su base territorial o influencia económica sobre otros países a menudo por medio de la agresión militar y, posiblemente, matando a muchos habitantes por medio de tortura ya sea esterilizándolos, mutilándolos, etc.[1]
A veces se utilizan el irredentismo, el revanchismo o la reunificación como una razón para legitimar el expansionismo, pero solo cuando el objetivo específico es reconquistar territorios que se han perdido o incluso tomar control sobre tierras ancestrales. Una simple disputa territorial, como una disputa fronteriza, no se suele considerar expansionismo. Pero en múltiples ocasiones se manejan estos términos con suma ambigüedad, llegando a ser sinónimos de colonialismo o imperialismo.[1]
Al carecer de una reivindicación histórica viable de esta naturaleza, los aspirantes a expansionistas pueden, en cambio, promover ideologías de tierras prometidas (como un destino manifiesto o un destino religioso en forma de Tierra Prometida), tal vez teñidas de un pragmatismo egoísta que apunta a que las tierras elegidas finalmente pertenecerán al invasor potencial de todos modos.[2]