Hesperie o Hesperia, en la mitología griega, era una ninfa, hija del dios río Cebrén. Huyó de Ésaco, un héroe troyano, cuando éste se enamoró de ella y murió mordida por una serpiente. Ésaco, desesperado, se intentó suicidar arrojándose al mar, pero Tetis había suavizado su caída y no murió sino que fue transformado en somorgujo.[1]