En la química de coordinación, un ligando o ligante es un ion o molécula (o grupo funcional) que se une a un átomo metálico central para formar un complejo de coordinación. El enlace entre el metal y el ligando generalmente involucra la donación de uno o más pares de electrones del ligando. La naturaleza del enlace metal-ligando oscila entre el enlace covalente y el enlace iónico. Además, el orden de enlace metal-ligando puede variar de uno a tres. Los ligandos se consideran bases de Lewis, aunque se conocen casos raros de "ligandos" ácidos de Lewis.[1].[2]
Los ligandos simples, como el agua o el anión cloruro, que poseen un único átomo dador de electrones, solo forman un enlace con el átomo central y por ello se denominan ligandos monodentados, mientras que las que poseen más de un átomo dador reciben el nombre de ligandos polidentados o agentes quelantes. Existe también un tercer tipo de ligandos conocidos genéricamente como ligandos ambidentados que son en realidad ligandos que actúan como monodentados, pero de dos maneras diferentes en función del metal.[3]
Los aniones o moléculas capaces de actuar como ligandos deben poseer átomos que cuenten al menos con un par de electrones de valencia no compartidos. Estos átomos se encuentran en la esquina superior derecha de la tabla periódica, y entre ellos los más importantes son el oxígeno y el nitrógeno, dando paso luego al carbono, fósforo, azufre, cloro, flúor, etc.
Los ligandos se pueden clasificar de múltiples formas, atendiendo a su naturaleza química, denticidad, estado de oxidación, carga, tipo de enlace...