El nacionalbolchevismo (ruso: национал-большевизм, alemán: Nationalbolschewismus), cuyos partidarios son conocidos como bolcheviques nacionales (ruso: национал-большевики), NatsBols o NazBols (ruso: нацболы),[1] es un movimiento político que combina elementos del fascismo y del bolchevismo.[2][3] Pero a diferencia del fascismo —que generalmente propugna una economía mixta, en la que de hecho, el sector privado cumple un rol fundamental pese a estar regulado en cierta forma por el estado—, el nacionalbolchevismo se opone totalmente a la propiedad privada y propugna, por ende, una extrema colectivización de los medios de producción, y a diferencia del comunismo —que propugna el internacionalismo proletario—, el nacionalbolchevismo se opone totalmente al internacionalismo proletario y propugna en su lugar una especie de nacionalismo proletario, que tiende al ultranacionalismo y se combina con el conservadurismo. Se le considera un sincretismo político que puede describirse fácilmente como de extrema izquierda en el ámbito económico y de extrema derecha en el ámbito social y cultural.
Frecuentemente, se suele usar el término nacionalcomunismo como sinónimo de nacionalbolchevismo, aunque de hecho, el nacionalcomunismo es más extenso que el nacionalbolchevismo ya que el nacionalcomunismo abarca varias corrientes nacionalistas del comunismo y no solamente al nacionalbolchevismo propiamente dicho. También es preciso aclarar que el nacionalbolchevismo no debe de confundirse con el nacionalsocialismo (o nazismo) —variante alemana del fascismo—, ya que este a pesar de su nombre —el cual hace alusión al socialismo y que fue colocado demagógicamente por Hitler a su ideología para atraer a los socialistas a ella— es en la práctica una forma de capitalismo de estado ya que no opta por abolir la propiedad privada de los medios de producción sino que de hecho la protege al igual que las demás variantes del fascismo. En cambio, el nacionalbolchevismo no es una variante del fascismo —a pesar de que tiene algunas cosas en común con este, como por ejemplo, la exaltación de la nación— sino que de hecho es una variante nacionalista y conservadora del comunismo ya que rechaza el progresismo y a la teoría queer, por ende, rechazan la transexualidad y la mayoría de nacional-bolcheviques son abiertamente anti-LGBT, y rechazan totalmente la propiedad privada de los medios de producción, y pretende, por ende, abolirla y sustituirla por la propiedad colectiva de los medios de producción.
Entre los más notables defensores del nacional-bolchevismo en Alemania destacan Ernst Niekisch (1889-1967), Heinrich Laufenberg (1872-1932) y Karl Otto Paetel (1906-1975). En Rusia, utilizaban este término Nikolái Ustriálov (1890-1937) y sus seguidores, los llamados Smenovéjovtsy.
Entre los defensores modernos del movimiento destacan Aleksandr Duguin, líder del Partido Eurasia, y Eduard Limónov, que dirigió el Partido Nacional Bolchevique (PNB), no registrado y prohibido en la Federación de Rusia.[4]