Pedro Abelino Aguirre Cerda[3] (Pocuro, Calle Larga, 6 de febrero de 1879-Santiago, 25 de noviembre de 1941) fue un político, educador y abogado chileno.
Miembro del Partido Radical (PR) —el cual presidió entre 1919 y 1921—, luego de dos periodos consecutivos como diputado en representación de los departamentos de San Felipe, Putaendo y Los Andes (1915-1918) y de la provincia de Santiago (1918-1921), fue designado como ministro de Justicia e Instrucción Pública, entre enero y septiembre de 1918, durante la presidencia del liberal Juan Luis Sanfuentes, y luego como ministro del Interior durante el primer gobierno del también liberal Arturo Alessandri Palma, brevemente en 1920 y en 1924. Bajo el lema «Gobernar es educar», fue elegido como presidente de la República de Chile para el período entre 1938 y 1944, en una de las elecciones más ajustadas de la historia republicana.[1]
Antes de cumplir un año de gobierno debió enfrentar el terremoto de Chillán y el llamado «Ariostazo». Durante su mandato, impulsó un fuerte proceso de industrialización, para lo que fundó la Corporación de Fomento de la Producción (Corfo) como parte de un ambicioso plan de desarrollo económico que contemplaba la construcción de plantas eléctricas y siderúrgicas, la explotación de petróleo, el apoyo a la industria manufacturera y la mecanización de la agricultura.[1] Referente a este último tema, no obstante haber propuesto en su libro El problema agrario (1929) que el Estado debía redistribuir las tierras improductivas y que su propio programa de gobierno contemplaba la reforma agraria, la que nunca llegó a efectuarse en estos años.[1]
En concordancia con su lema de campaña, otro eje fundamental de su administración fue la expansión de la educación primaria[1] y, la creación de la «Secretaría General de Defensa de la Raza y Aprovechamiento de las Horas Libres».[4] Su gobierno sería el primero de las tres administraciones sucesivas conocidas como «gobiernos radicales» que existirían en el país hasta 1952. De estos, el suyo fue el único en permanecer en la memoria popular del siglo XX, al liderar el Frente Popular y llevar a cabo un gobierno que promovió la industrialización y la educación al servicio de los intereses populares.[5]
Su gobierno también se destacó por desarrollar una activa política cultural. En 1939 promovió el otorgamiento del Premio Nobel de Literatura a Gabriela Mistral, con quien lo unía una estrecha amistad, aunque ésta recién lo obtuvo en 1945.[1] También ordenó elaborar un proyecto de ley para crear el Premio Nacional de Literatura que finalmente fue promulgado en 1942.[1]
Popularmente conocido como Don Tinto por su vinculación a la industria vitivinícola,[1] y como El Presidente de los pobres.[cita requerida]
La tuberculosis le impidió terminar su mandato, falleciendo a mitad de este. Después de su muerte, la figura del presidente se consolidó en el imaginario popular a través de su viuda Juana Aguirre Luco, quien siguió desplegando una activa función social que ayudó a realzar su propia figura y la de su esposo, como exponentes de una política popular puesta al servicio de los más desposeídos.[1]
En su honor, se fundó una base antártica y el antiguo sector de Ochagavía (al sur de Santiago) dio origen a un Departamento[6] con su nombre que comprendía la actual comuna de Pedro Aguirre Cerda y otros municipios del sector sur de Santiago. Asimismo, se le otorgó su nombre a una estación de ferrocarril.
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