La platinotipia es un antiguo procedimiento fotográfico que obtiene copias monocromas por contacto en materiales sensibilizados con sales de platino y hierro, tras un revelado con oxalato. Fue un procedimiento considerado como impresión noble por los fotógrafos pictorialistas.
Una diferencia con el proceso de impresión de plata es que el platino se encuentra en la superficie del papel, mientras que la plata se encuentra en una emulsión de gelatina o albúmina que cubre el papel. Como resultado la imagen final está formada por platino impregnado en el papel, aunque en algunos casos se empleaba paladio en su lugar. En torno a 1918 dejó de producirse el papel al platino necesario. Sin embargo aún se emplea utilizando medios artesanales.[1]