En la fisiología humana, el puerperio o posparto[a] (también postparto)[2] es el período que inmediatamente sigue al parto y que se extiende el tiempo necesario (normalmente 6 a 8 semanas después del parto) para que el cuerpo materno —incluyendo las hormonas y el aparato reproductor femenino— vuelva a las condiciones pregestacionales, aminorando las características adquiridas durante el embarazo.[3][4] En el puerperio también se incluye el período de las primeras 24 horas ulteriores al parto, que recibe el nombre de «posparto inmediato».
Si los fenómenos se suceden naturalmente y sin alteraciones, el puerperio será normal o fisiológico, en caso contrario será irregular o patológico. Se trata de un período muy importante, ya que es el tiempo de aparición de los factores que encabezan las causas de mortalidad materna, como las hemorragias posparto, entre otras. Por ello, se acostumbra durante el puerperio tener controlados los parámetros vitales y la pérdida de sangre maternos.
El enfoque principal del cuidado durante el puerperio es asegurar que la madre esté saludable y en condiciones de cuidar de su recién nacido, equipada con la información que requiera para la lactancia materna, su salud reproductiva, planificación familiar y los ajustes relacionados con su vida.
Durante este período de transición biológica, el recién nacido pasa a su vez por un estado de adaptación extrauterina, una de las transiciones fisiológicas de mayor repercusión hasta la muerte.
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