El abolicionismo de la esclavitud es una doctrina que defiende la anulación de leyes, preceptos o costumbres relacionados o relativos al esclavismo.[1] Tiene relación directa con los ideales del liberalismo (siglos XVIII-XIX), aunque ya habían surgido abolicionistas en siglos anteriores, como los religiosos Pedro Claver, Francisco José de Jaca y Epifanio de Moirans. Haití fue el primer país en abolir la esclavitud[2] y fue la revolución de este país la que movió al revolucionario francés Maximilien Robespierre a declarar la abolición de la esclavitud en 1794.[3]
Existe evidencia que permite reconocer las estrategias de resistencia de las mujeres negras esclavizadas que les permitieron demandar su libertad durante el período colonial, las cuales estuvieron dirigidas a enfrentar el discurso del poder colonial mediante el recurso de las demandas judiciales, en una época en la que se suponía que no sabían, no podían o no tenían por qué hacerlo.[5]
Aún hoy en día, en pleno siglo XXI, sigue existiendo esclavitud incuestionable en determinadas áreas de países como Brasil. En 2003, por ejemplo, el entonces presidente izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva hizo publicar una lista con los nombres de los hacendados condenados en las dos últimas décadas por tenencia de esclavos. El número de esclavos liberados por el gobierno en esos años ascendió a 10.731.