Acuario (recipiente)

Acuario monegasco. Los acuarios cumplen muchas funciones y son un pasatiempo muy antiguo.

Un acuario es un recipiente de vidrio o de otros materiales, generalmente transparentes, que incluye los componentes mecánicos que hacen posible la recreación de ambientes subacuáticos de agua dulce, marina o salobre, a fin de albergar un ecosistema correspondiente a esos ambientes, con peces, invertebrados, plantas y casi cualquier animal fluvial o marino.

La cría de seres acuáticos en cautividad es muy antigua,[1]​ sin embargo los acuarios nacieron en el siglo XVIII, al menos en su forma contemporánea[cita requerida]. El entretenimiento de mantener y disfrutar de un entorno acuático a la vista de todos surgió con la moda de coleccionar animales y sobre todo plantas acuáticas. Estas últimas necesitaban humedad tanto para vivir como para ser transportadas, para lo cual se desarrollaron recipientes sellados que podían contener cierta cantidad de líquido. Más adelante, dicha cantidad fue aumentando hasta convertirse en los modelos actuales.

Un acuario es una instalación muy planificada. Los exitosos requieren algún estudio preliminar para su correcta ubicación, así como una previsión del contenido que albergarán, pues se precisa conocer de antemano el tipo de agua, el tipo de fauna y flora, la decoración o el suelo. Del mismo modo, resultan imprescindibles un conjunto de mecanismos y sistemas automáticos con la capacidad y potencia suficientes para lograr condiciones como la temperatura necesaria, la oxigenación adecuada o la luz precisa que mantenga un ambiente saludable para la flora y la fauna, sin perder con ello transparencia y vistosidad.

Los acuarios son ecosistemas vivos y, por lo tanto, dinámicos. Razón por la cual siguen demandando cuidados extras, aún con todas las automatizaciones conseguidas. Tareas como el cambio de agua, la combinación de nutrientes para la fauna y la flora, la limpieza del biotopo o la sustitución de filtros siguen siendo imprescindibles para la salud de los seres vivos y no se han conseguido automatizar por el momento.

Todas las tareas y los desembolsos necesarios para hacerse con un acuario y mantenerlo no desaniman a los aficionados a esta disciplina de la biología, por las ventajas que presenta para sus propietarios, convirtiéndose incluso en una industria propia. Asimismo, han proliferado acuarios profesionales en muchos países, abiertos al gran público, con millones o decenas de millones de litros de capacidad. En ellos viven peces, plantas e, incluso, mamíferos marinos, como belugas, morsas u orcas, y realizan programas de reproducción y repoblación con especies amenazadas.[cita requerida]

La popularización de los acuarios, públicos y privados, se ha expandido hasta el punto de volverse un elemento más de la cultura popular.[cita requerida]

  1. Mark, Joshua J. Mesopotamian Inventions (en inglés). Consultado el 5 de agosto de 2024. 

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