Se llama alero, tejaroz[1][2] o socarrén[3] a la parte inferior de una techumbre que sobresale de una fachada.[4] Su finalidad puede ser decorativa o funcional (muchas veces ambos), pues se utiliza para desviar las aguas llovedizas y evitar que caigan sobre el muro.
Una manifestación muy común del alero es la cornisa (en sus variedades simple, corrida, a sardinel, ajedrezada, de hileras triscadas o en pico).[5] De hecho, algunos tipos de aleros reciben directamente la definición de cornisa (el conjunto de molduras que conforma el remate),[6] como el alero enfoscado que se conoce más como cornisa corrida.[5] Sin embargo, existen otros tipos de aleros, como la bocateja o el canecillo (en su acepción de saliente, generalmente en forma de voluta). Otra acepción del canecillo lo define como solo una parte del alero, la que apoya la cornisa.