Una ametralladora (o metralladora)[1] es un arma de fuego automática diseñada para disparar una gran cantidad de munición a partir de un cargador o una cinta de municiones, que normalmente en un lapso breve y de forma sostenida puede disparar cientos de balas por minuto, debido a su mecanismo de disparo automático, e impactando en un determinado campo de tiro. Las ametralladoras generalmente son pesadas, voluminosas y están montadas sobre un afuste. El uso moderno de esta palabra se refiere a las ametralladoras automáticas, que fueron precedidas por las ametralladoras manuales con algunos detalles automáticos.
Las armas automáticas se clasifican generalmente cómo: subfusil, ametralladora, o cañón automático. Los subfusiles son pequeñas armas automáticas portátiles de mano para defensa personal o un combate de corto alcance, puesto que usan calibre de pistola. Una ametralladora es a menudo utilizada como una arma portátil, si bien generalmente se usa montada sobre un soporte o disparada desde tierra asentada en un bípode. A diferencia de los subfusiles, dispara munición de fusil. Las ametralladoras ligeras son bastante pequeñas para ser disparadas como un fusil, pero son más eficaces cuando se disparan desde una posición decúbito prono. La diferencia entre las ametralladoras y los cañones automáticos se basa en el calibre, que en el caso de los cañones automáticos es superior a 20 mm.[2]
Otro factor es si el arma dispara munición convencional o proyectiles que explotan por impacto. Las armas de fuego que disparan proyectiles explosivos de gran calibre se consideran cañones automáticos[3] o morteros automáticos. En contraste con los subfusiles y los cañones automáticos, las ametralladoras (como los fusiles) tienden a guardar una alta proporción entre la longitud del cañón y el calibre (un largo cañón por un calibre pequeño).