Anarquismo

A circulada, uno de los más famosos símbolos anarquistas.

Anarquismo es el nombre dado a cualquier filosofía política, económica o social que llame a la oposición y la abolición del Estado entendido como monopolio de la fuerza, y por extensión, al rechazo del gobierno político y de su autoridad, considerada impuesta sobre el individuo, innecesaria, peligrosa, autoritaria y nociva.[1][2]​ Los anarquistas suelen ser críticos de la relación de los individuos con la sociedad de su época. Su objetivo es promover el cambio social hacia una futura sociedad, en palabras de Pierre-Joseph Proudhon (1809-1865), «sin amo ni soberano».[3]

Sébastien Faure (1858-1942), filósofo anarquista francés, dijo: «cualquiera que niegue la autoridad y contraste contra ella es un anarquista». Bajo una formulación tan simple, pocas doctrinas o movimientos políticos manifestaron una variedad tan extensa de interpretaciones y acciones que no siempre fueron compatibles entre sí. No existe acuerdo académico en cuanto a una taxonomía de las diferentes corrientes anarquistas, aunque es común la distinción filosófica entre dos grupos de ideas esencialmente opuestas, el anarquismo individualista y el anarquismo socialista.[4][5]​ Otras fuentes clasifican a las corrientes anarquistas según la importancia histórica que tuvieron, desglosándolas en anarquismo individualista, mutualismo, anarquismo colectivista, anarcocomunismo, y anarcosindicalismo.[6]

Aunque existen diversos pensadores de la Antigüedad que han sido reputados como precursores del pensamiento anarquista, en filosofía política se suele identificar su origen moderno a finales del siglo XVIII, con la obra del británico William Godwin (1756-1836) en el contexto de la Ilustración,[7]​ aunque otros autores atribuyen ese primer lugar al francés Étienne de La Boétie (1530–1563) en el Renacimiento.[8]​ Sin embargo hay que aclarar que en el estudio de la historia del pensamiento político de antes del siglo XIX se ha llegado a usar el término «anarquismo» para referirse a ideas heterogéneas y a autores inconexos escépticos de la utilidad o la moralidad del Estado que no se llamaron a sí mismos anarquistas pero que fueron agrupados como «anarquistas» en retrospectiva por parte de historiadores de filosofía política.

En contraste, el anarquismo entendido estrictamente como movimiento político histórico existió desde la segunda mitad del siglo XIX hasta inicios del siglo XX (décadas de 1870 a 1930), fundamentado sobre la obra intelectual y la militancia política de los anarquistas socialistas Pierre-Joseph Proudhon en Francia y su sucesor ideológico Mijaíl Bakunin (1814-1876) quien desde la Suiza francófona se convirtió en el principal constructor del movimiento anarquista europeo. Proudhon y luego Bakunin construyeron un movimiento anarquista de características socialistas que adoptó las causas, lenguaje y tácticas del más amplio y antiguo movimiento obrero. Si bien no dejó de ser un movimiento minoritario frente a otros movimientos políticos de su tiempo, el movimiento anarquista incrementó su influencia en algunos países de Europa Latina y el Imperio ruso, especialmente entre los gremios de artesanos descontentos con los efectos de la libertad de oficios impulsada por la Ilustración y la Revolución Industrial,[9][10][11]​ y antes de extinguirse a causa de una combinación de contradicciones internas y desafíos externos alcanzó a poner en práctica un puñado de experimentos sociales breves pero notables en las primeras décadas del siglo XX.[12]​ Este «anarquismo histórico» experimentó su mayor crecimiento como organización de masas a nivel internacional en la primera década del siglo XX pero rápidamente colapsó a tal punto que antes del inicio de la Primera Guerra Mundial (1914-1918) ya había perdido la mayoría de sus simpatizantes, aunque esta decadencia variaba en intensidad según el país, sin embargo dos notables excepciones al proceso de extinción del movimiento anarquista internacional se dieron en el Período de entreguerras (1918-1939) con grandes agrupaciones anarquistas en regiones del sur Ucrania y el este de España que incluso lograron capacidad militar y control territorial poco antes de desaparecer, pero con su derrota militar y con la creciente popularidad de otros movimientos sociales que competían por una base obrera similar en el mundo, como fueron el comunismo y el fascismo, el movimiento anarquista histórico se extinguió definitivamente dentro del Período de entreguerras.[13][14]

Décadas después, en el contexto de ciertos movimientos estudiantiles y anti-autoritarios de la década de 1960, algunas ideas que formaron parte del pensamiento anarquista fueron extraídas, recuperadas o re-elaboradas por diferentes estudiosos y pensadores. Posteriormente algunas de estas ideas redefinidas se han insertado en diversas, y muchas veces incompatibles, doctrinas y movimientos contemporáneos.[15]

  1. La RAE, por ejemplo, define anarquismo como la «doctrina que propugna la desaparición del Estado y de todo poder»
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  5. Anarquismo: Dos especies. Wendy McElroy (1999)
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  8. La Boétie and the Neo-Roman Conception of Freedom "According to Keohane, the conclusion that can be drawn from reading Servidumbre voluntaria is that he holds an anarchist ideal; see Keohane, ‘Radical Humanism of La Boetie’, 129. Along similar lines, see Nadia Gontarbert, ‘Pour une lecture politique de la Servitude volontaire’, Bulletin de la Socie´te´ des amis de Montaigne, 13�14 (1983), 93�104."
  9. En "Anarchism and Syndicalism in the Colonial and Postcolonial World, 1870-1940", editado por Steven Hirsch y Lucien van der Walt, se analiza el papel del anarcosindicalismo y del movimiento anarquista en diferentes contextos, incluyendo gremios de artesanos y su influencia en las primeras organizaciones obreras. Ofrece una perspectiva sobre cómo el movimiento anarquista estaba, en parte, compuesto por trabajadores artesanos y analiza la tensión entre sus principios de autonomía y la práctica proteccionista de estos gremios.
  10. En "Anarchism: A History of Libertarian Ideas and Movements", de George Woodcock presenta una historia general del anarquismo en Europa, con un enfoque en las tensiones internas entre los artesanos y el movimiento obrero más amplio. En particular, describe cómo los gremios de artesanos en Francia y España se unieron al anarquismo buscando preservar su independencia frente al crecimiento de la industria, pero al mismo tiempo protegían sus intereses de manera que podían excluir a los trabajadores no calificados.
  11. En "The Spanish Anarchists: The Heroic Years, 1868-1936", Murray Bookchin analiza cómo los artesanos y pequeños productores desempeñaron un papel importante en el movimiento anarquista, y cómo ciertos sindicatos anarquistas estaban fuertemente influenciados por la estructura tradicional de los gremios, que limitaban la entrada de otros trabajadores. Bookchin examina cómo las palabras "libertad" y "autonomía" frecuentemente se interpretaban de manera proteccionista de oficios entre los gremios artesanales que se integraron al movimiento anarquista.
  12. Vincent, 2009, p. 114.
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  14. Clark, John P. (23 de junio de 1978). «What Is Anarchism?». Nomos 19: 3-28 – via JSTOR. 
  15. Error en la cita: Etiqueta <ref> no válida; no se ha definido el contenido de las referencias llamadas Contemporary144

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