Las ideas anarquistas tuvieron en Rusia una gran influencia desde fines del siglo XIX hasta mediados de la década de 1930, momento en que se consolidó el estalinismo. El movimiento socialista ruso estuvo en parte influenciado por estas ideas, en gran parte debido al prestigio de Mijaíl Bakunin y Piotr Kropotkin, los principales pensadores libertarios de origen ruso.