Arte equino

Caballos de San Marcos, actualmente en la catedral de Venecia.
Proceden del Hipódromo de Constantinopla y su cronología no se ha podido establecer con certeza.

Arte equino es el arte de representar al caballo.[1]​ Es el subgénero más importante de la animalística o género animalista (fundamentalmente en pintura y escultura). No debe confundirse con el arte ecuestre o equitación (el arte de montar a caballo), ni con las demás manifestaciones de la hípica, deportivas o incluso artísticas, en las que es el caballo vivo, y no su representación, el vehículo de expresión artística: como en la alta escuela (Escuela Española de Equitación de Viena, Real Escuela Andaluza del Arte Ecuestre de Jerez) o en los espectáculos ecuestres del circo.

Las muy abundantes manifestaciones del caballo en el arte (el retrato ecuestre, las representaciones del caballo en la guerrapintura de batallas[2]​ y otros subgéneros de la pintura de historia—, en la caza[3]​ o en el deporte) están entre las más importantes muestras de la animalística (el arte de representar animales).

El arte equino es tan antiguo como el arte mismo, pues hay representaciones de caballos ya en el arte rupestre del Paleolítico y en el arte antiguo de todas las civilizaciones, excepto en las precolombinas de América, dado que los caballos fueron introducidos allí por los españoles en el siglo XVI.

Los caballos son las representaciones más habituales de los geoglifos denominados hill figures (Caballo Blanco de Uffington, Edad del Bronce).

En el arte chino destacó Han Gan como pintor de caballos de la dinastía Tang. Los míticos caballos celestiales o caballos de Ferghana, importados del Asia Central, fueron muy representados en la cerámica china.[4]Qin Shi Huang, el primer emperador, mandó representar en su tumba un ejército de terracota, del que formaban parte también numerosos caballos.

El arte equino de las civilizaciones mediterráneas antiguas tuvo un particular desarrollo. Especial trascendencia tuvo el de la civilización grecorromana desde la cerámica y escultura de la época arcaica, con ejemplos tan importantes como los numerosos caballos del Partenón (de época clásica, obra de Fidias: los de Helios en los frontones, la cabalgata de los frisos y los centauros de las metopas) o la cuadriga del Hipódromo de Constantinopla (atribuida legendariamente a Lisipo, aunque probablemente es de época helenística o romana). Aunque no se han conservado, tuvieron fama los caballos del escultor clásico griego Calamis. También se han perdido la mayor parte de los retratos ecuestres de emperadores romanos (excepto el de Marco Aurelio), y otras famosas esculturas equinas, como los Dióscuros del Quirinal y los del Capitolio, fueron drásticamente restauradas.[6]

Las representaciones ecuestres en el arte medieval, aunque no poco frecuentes, abandonaron la tradición clásica, que no se recuperó hasta el Renacimiento italiano, con los condottieros de Donatello y Verrocchio. Los caballos de la Batalla de San Romano de Paolo Ucello, los de la Capilla de los Magos de Benozzo Gozzoli[8]​ y los de la Batalla de Anghiari de Leonardo da Vinci (o los de los grabados de Durero y Cranach en el Renacimiento nórdico) dieron inicio a una revitalizada tradición pictórica que se desarrolló durante todo el arte de la Edad Moderna.

Además del retrato ecuestre escultórico (Giambologna, Pietro Tacca) y pictórico (Velázquez, Van Dyck), surgió incluso el tema del caballo como representación exclusiva o motivo artístico por sí, empeño en el que destacaron Paulus Potter en la Holanda del siglo XVII o George Stubbs en la Inglaterra del siglo XVIII. El nivel que había alcanzado la especialización y estimación profesional de los "pintores de caballos" ya había sido reflejada mucho antes por el español Mateo Alemán en su novela picaresca Guzmán de Alfarache (1599), donde describe la competencia entre dos de ellos a los que se encarga el retrato de sendos caballos; mientras uno se centra en la representación anatómica, otro se recrea en los detalles de la escena y no en el cuerpo del animal.[10]

El arte de la Edad Contemporánea se inició con las tendencias opuestas de academicismo y romanticismo, que marcaron probablemente el punto culminante de las representaciones equinas dentro de la convención realista; mientras que el arte de vanguardia del siglo XX continuó representando al caballo, pero bajo sus propias convenciones (como, por ejemplo, Picasso en El Guernica,[12]Pablo Gargallo en Urano o los caballos azules y rojos de Franz Marc).

Roaring Hoofs, de Otgonbayar Ershuu (2008)
  1. * The american academy of equine art
  2. Pepper, fuente citada en Military art -War art redirige a military art-. Véase también artista bélico -enlazado a war artist-
  3. Caballo de caza, caza a caballo, Field hunter, Hunter (caballo). Weatherbys, fuente citada en Field hunter -Hunter (cheval)-
  4. Bonavia, fuente citada en Ferghana horse
  5. Honour, fuente citada en Gansu Flying Horse, Nel, fuente citada en Cheval au galop volant
  6. Identificados con los caballos de los Dióscuros, son de origen incierto (posiblemente copias de un original griego, realizadas en Roma en el siglo IV). En vez de encontrarse asociadas al templo de Cástor y Pólux (los Dióscuros), en la Edad Media se encontraban en el Palazzo Rospigliosi de la colina del Quirinal (que por ello es conocida como Monte Cavallo). En el Renacimiento fueron restaurados y en recibieron su ubicación actual. En 1560 se hallaron dos esculturas semejantes, que se instalaron sobre la escalera del Campidoglio (la plaza remodelada por Miguel Ángel donde se halla la estatua ecuestre de Marco Aurelio). -Haskell, fuente citada en Horse Tamers, Delli, fuente citada en Fontana dei Dioscuri-
  7. Vídeo en Artehistoria.
  8. Egerton, fuente citada en Whistlejacket
  9. pg. 74-75, Akal, 1996, ISBN 8446000830
  10. Remington, fuente citada en Bronco Buster
  11. Se ha señalado que Muchacho llevando un caballo de Picasso -MOMA, fuente citada en en:Boy Leading a Horse- está influido por el San Martín de El Greco. El Greco and Picasso Archivado el 5 de abril de 2013 en Wayback Machine., Picasso meets his masters.
  12. Černý, fuente citada en David Černý y en Kůň

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