Un bucanero era originariamente un habitante de la parte occidental de la isla de La Española, actual República Dominicana y Haití, que se dedicaba a cazar vacas y cerdos salvajes para ahumar la carne y venderla a los navíos que navegaban por las aguas del mar Caribe. El término proviene de bucán, palabra de origen caribeño que hacía alusión a la carne ahumada y al mismo proceso de ahumado de la carne. Cuando fueron expulsados de la isla por los españoles a mediados del siglo XVII se dedicaron más intensamente a la piratería y adquirió fama el nombre de bucanero.[1]
Durante el siglo XVI se establecieron en la parte occidental de la isla, que había sido abandonada por los españoles, aventureros europeos, particularmente franceses, en su mayoría procedentes de Normandía, y se dedicaron a preparar la piel de los animales cazados para venderla a los europeos de paso.
Cuando las autoridades españolas invadieron la isla por no pagar impuestos a España, exterminaron a los animales en que se basaba el comercio de los bucaneros, y las autoridades francesas, que gobernaban la isla de la Tortuga, dictaron leyes en su contra. Muchos de ellos se establecieron en la Tortuga sumándose a los filibusteros, para dedicarse a la piratería, sobre todo contra los españoles.
A lo largo de los siglos XVII y XVIII el término, alternado con el de filibustero,[2] pasó a ser sinónimo de pirata. Sin embargo, mientras los piratas solían limitar sus actividades al mar, los bucaneros no desdeñaban las actividades en tierra firme ni dedicarse al pillaje.