En la Antigua Roma llamaban Campo de Marte (latín, Campus Martius; italiano, Campo Marzio) a un terreno que se extendía al norte de las Murallas Servianas[1] edificadas por el sexto rey de Roma Servio Tulio. El terreno estaba limitado al sur por el Capitolio y al este por la colina Pinciana o monte Pincio. El resto estaba rodeado por el río Tíber que en ese espacio describía un gran meandro.
Se llamaba Campo de Marte porque desde época muy antigua existía allí un altar dedicado al dios Marte, mencionado en las leyes atribuidas a Numa Pompilio, segundo rey de Roma después de Rómulo. En el año 388 a. C., el tribuno consular Tito Quincio Cincinato Capitolino, colaborador del cónsul Marco Furio Camilo, erigió un nuevo templo a este dios para cumplir con un voto hecho en el periodo de la terrible invasión de los galos.