La cara visible de la Luna es el hemisferio de la Luna que está permanentemente orientado hacia la Tierra, siendo el hemisferio opuesto la cara oculta de la Luna. La razón por la cual desde la Tierra solo es visible esta cara de la Luna se debe a que la Luna gira en torno a su eje de rotación a la misma velocidad a la cual orbita alrededor de la Tierra, lo cual se conoce como rotación síncrona o acoplamiento de marea.
La Luna está directamente iluminada por el Sol y debido a la variación cíclica de las condiciones de observación desde la Tierra ocurre lo que se conoce como fases lunares. Las partes no iluminadas de la Luna pueden a veces estar débilmente iluminadas debido al brillo de la Tierra, que no es más que la luz solar que al reflejarse en la superficie de la Tierra se proyecta sobre la Luna. Dado que la órbita de la Luna es un poco elíptica y está inclinada respecto a su plano ecuatorial, las libraciones permiten que hasta un 59 % de la superficie de la Luna pueda verse desde la Tierra (aunque desde cualquier punto de la Tierra en cualquier momento solo puede observarse la mitad del satélite).