Las características sexuales secundarias o caracteres sexuales secundarios son características que aparecen durante la pubertad en los humanos y en la madurez sexual en otros animales,[1] aquellos signos físicos y fisiológicos de madurez sexual que se distinguen entre los dos sexos de una especie, pero no son directamente parte del sistema reproductor, por lo que no incluyen los órganos sexuales, siendo distintos de las características sexuales primarias.
Los caracteres sexuales secundarios permiten distinguir a los diferentes sexos.[2] Sus diversas etapas de desarrollo varían según las especies, las características sexuales secundarias incluyen, por ejemplo, las melenas de los leones machos.[3] Estos tienen relación con múltiples aspectos anatómicos, funcionales o biológicos de los órganos reproductores que hay cuando se unen los gametos masculinos y femeninos.
La aparición de estos rasgos es estimulada por la producción hormonal (de andrógenos o estrógenos), que está determinada por el código genético,[4][5][6] y puede ser atrasada a través de bloqueadores de la pubertad.