Un casino cultural o casino recreativo es un tipo de sociedad de recreo, surgida en España durante el siglo XIX. Son clubes privados, abiertos sólo a sus socios, inicialmente la burguesía y las clases altas. No deben confundirse con los casinos de juego, que no fueron legalizados en España hasta 1977.[1] También suele usarse como sinónimo el término círculo cultural o recreativo.[2]
Los casinos recreativos llegaron a España por influencia europea de sociedades como los clubes de caballeros británicos. El término «club», sin embargo, tardó más en introducirse en el lenguaje español que el italiano «casino», o «círculo», de influencia francesa.[2]
El nacimiento de los casinos culturales y recreativos en España tuvo lugar durante la transición política entre el antiguo régimen, tras la muerte de Fernando VII, y el surgimiento del liberalismo constitucional del período isabelino. Emergía la necesidad de espacio de sociabilidad y de comunicación entre los elementos de las nuevas clases poderosas, burguesía y los nobles.[3] Muchos de los casinos nacieron inicialmente de los cafés de tertulia, siendo paradigmático el caso del Casino de Madrid, originado en el Café Solito.
Estas sociedades alcanzaron una enorme popularidad y se extendieron por toda España, excediendo el ámbito urbano. En el registro de sociedades del Ministerio de la Gobernación de 1882 figuraban 1.568 casinos y sociedades de recreo, más de la mitad del total del censo. A finales del siglo XIX la cifra se situó alrededor de 2.000 sociedades de recreo.
Los casinos eran lugar de sociabilización y recreo. Las actividades más frecuentes entre sus socios eran la lectura —periódicos y libros—, conciertos, bailes y los juegos permitidos, como el billar, el ajedrez, el dominó y los naipes. Debe tenerse en cuenta que los juegos de apuestas estaban prohibidos, aunque a menudo algunos casinos culturales vulnerasen la normativa. Hasta la Ley de asociaciones de 1887, la discusión política estaba también expresamiente prohibida.[4]