Celta es el término utilizado por lingüistas e historiadores para referirse, en un sentido amplio, al pueblo o conjunto de pueblos de la Edad de Hierro que hablaban lenguas celtas, una de las ramas de las lenguas indoeuropeas.[1] En este sentido, el término no es por lo tanto étnico ni arqueológico, pues muchos de los pueblos que hablaron lenguas célticas, caso de los Goidelos de Irlanda, nunca llegaron a participar de las corrientes culturales materiales de Hallstatt o La Tène.[2]
Existe, sin embargo, un concepto más restringido del término, referido en este caso a los llamados celtas históricos, entendidos estos tradicionalmente como el grupo de sociedades tribales de Europa, que compartieron una cultura material iniciada en la primera Edad de Hierro (1200-400 a. C.) en torno a los Alpes (periodo Hallstatt) y más tarde en el hierro tardío (periodo La Tène), y que fueron así llamados por los geógrafos griegos y latinos. En este grupo se adscriben los celtas continentales de la Galia, norte de Italia, Alemania y Bohemia, los celtíberos y los celtas hispánicos de Iberia, los gálatas de Anatolia, este y centro de Rumanía y, ya con mayores reticencias por parte de los historiadores británicos e irlandeses, los celtas insulares.
En tiempos antiguos los celtas que llegaron a lo largo del primer milenio, hacia el 1200 a. C. a Europa y según el punto de vista tradicional, hacia el 900 a. C. en la península ibérica, eran un cierto número de pueblos interrelacionados entre ellos que habitaban en Europa Central; todos estos pueblos hablaban lenguas indoeuropeas, indicativo de un origen común. Hoy, el término "celta" se utiliza a menudo para describir a la gente, las culturas y lenguas de muchos grupos étnicos de las islas británicas, Francia, en la región de Bretaña; España, en Galicia, Asturias, Castilla y León y Cantabria; y Portugal, en la región de Minho. Sin embargo, tribus o naciones, como los atrébates, Menapii, y Parisii, desde regiones celtas de tierra firme, incluyendo la Galia y Bélgica, se sabe que se movieron hacia Gran Bretaña e Irlanda y contribuyeron al crecimiento de aquellas poblaciones. El uso del término celta para referirse a gente de Irlanda y Gran Bretaña surge en el siglo XVIII. Vivían en pueblos amurallados llamados castros.
Los griegos los llamaron keltoi o gente oculta, que proviene del griego Hecateo de Mileto del 517 a. C.