El cine negro es un género cinematográfico que se desarrolló en Estados Unidos entre las décadas de 1930 y 1950, y alcanzó su pleno apogeo entre 1940 y 1958. En el lenguaje cinematográfico la expresión "cine negro" se usa principalmente para describir elegantes películas de crimen de Hollywood, en particular aquellas que hacen énfasis en actitudes y motivaciones cínicas. Las décadas de 1940 y 1950 suelen considerarse el «período clásico» del cine negro estadounidense. El cine negro de esta época se asocia con un estilo visual en blanco y negro de bajo perfil que tiene sus raíces en algunos ejemplos del cine de terror y del cine mudo estadounidense de una etapa anterior y en la cinematografía europea, sobre todo en el realismo poético francés y en el cine expresionista alemán. A nivel literario muchas de las historias prototípicas y gran parte de la ambientación del cine negro derivan de la escuela de ficción policíaca hardboiled que surgió en Estados Unidos durante la Gran Depresión.[1]
La denominación de «cine negro» proviene del francés film noir, expresión acuñada por primera vez por el crítico Nino Frank, italiano de padres suizos que realizó su carrera profesional en Francia,[2] pero esta denominación no fue reconocida por la mayoría de profesionales de la industria cinematográfica estadounidense de esa era.[3] Se cree que Frank se inspiró en el sello editorial francés Série noire, fundado en 1945.
Es de destacar que esta denominación no era conocida ni utilizada antes de la década de 1970, y que en el mundo de Hollywood muchas de estas películas eran denominadas simplemente «melodramas» o «thrillers» policíacos.
Su diferenciación de otros géneros, como el cine de gánsteres o el cine social, es solo parcial. Por lo general, las películas de cine negro giran en torno a hechos delictivos y criminales. Su construcción formal está cerca del expresionismo alemán. Se emplea una iluminación tenebrosa, fundamentalmente en claroscuro, y se juega con el uso de sombras para exaltar la psicología de los personajes. Este tipo de efectos son especialmente impactantes en blanco y negro. Al mismo tiempo, la personalidad de los personajes y sus motivaciones son difíciles de establecer (como es el caso de los detectives privados, frecuentes protagonistas del género). Las fronteras entre lo bueno y lo malo a menudo se difuminan y el héroe acostumbra a ser un antihéroe amenazado por un pasado con ribetes oscuros.
El cine negro también nos presenta una sociedad violenta, cínica y corrupta que amenaza no solo al héroe/protagonista sino también a otros personajes. Los finales suelen ser agridulces cuando no representan directamente el fracaso o la derrota del protagonista. Otro aspecto característico del cine negro es la presencia de la mujer fatal (femme fatale), que puede conducir a sus víctimas al peligro o a la destrucción. En muchos casos, las novelas de Dashiell Hammett y Raymond Chandler, con sus detectives Sam Spade y Philip Marlowe, son fuentes habituales para los guiones de este género.
Si bien el cine negro se asoció originariamente con producciones estadounidenses, el término se ha utilizado más adelante para describir películas con contenidos coincidentes de todo el mundo. Muchas películas estrenadas a partir de la década de 1960 comparten atributos con el cine negro del periodo clásico, y a menudo tratan sus convenciones de forma autorreferencial. Algunos lo denominan neo-noir (ver al final del artículo) pero hay muchas otras obras que escapan a una clasificación rigurosa o que pueden estar dentro de varias categorías al mismo tiempo. Asimismo, los clichés del cine negro han inspirado la aparición de algunas parodias desde mediados de los años cuarenta.[4]