El concubinato es la relación marital de dos personas que no están unidas en vínculo matrimonial.[1] El impedimento a contraer matrimonio generalmente se debe a factores tales como diferencia social, un matrimonio preexistente, impedimentos religiosos o profesionales,[2] una falta de reconocimiento legal, o porque simplemente no quieren casarse porque no lo consideran importante para su relación.
Históricamente, el concubinato podía ser voluntario (por un arreglo con la mujer y/o con su familia), puesto que ofrecía cierta seguridad económica a la mujer involucrada, y permitía uniones prohibidas entre grupos sociales diferenciados.[2] Pero también existe el concubinato involuntario o servil, que involucra frecuentemente la esclavitud sexual de un miembro de la relación, habitualmente la mujer.[3]
En donde tiene un estado legal, como en la antigua Roma y en la antigua China,[4] el concubinato es similar, aunque inferior, al matrimonio. En oposición a esas leyes, las leyes tradicionales del Occidente no le dan un estado legal a las concubinas, pues solo se admiten los matrimonios monógamos, careciendo otros tipos de unión, tradicionalmente, de protección legal.[5][6]