Corsario (del latín cursus, «carrera») era el nombre que se atribuía al que practicaba la guerra de corso, y el término podía referirse tanto a los marinos como a los buques, ya sean de las armadas o de particulares, quienes adquirían la condición militar en virtud del permiso concedido por un gobierno en una carta de marca o patente de corso.[1]
El corso tiene similitud con la piratería, pero lo diferencia que el corso es legal para y por su gobierno. Algunos gobiernos consideraban piratas a los corsarios de otras naciones.