Las creencias son estados de la mente en los que uno supone que algo es verdadero o probable. Pero se expresan lingüísticamente mediante afirmaciones.[1] Hay desacuerdo sobre cuáles son las características esenciales de las creencias: los representacionistas identifican creencias con actitudes proposicionales hacia representaciones mientras que los funcionalistas ven su papel causal como esencial y los interpretacionistas se centran en la dependencia de la interpretación de otra persona.
El concepto de creencia se aplica a diferentes tipos de actitudes mentales, que pueden clasificarse utilizando algunas distinciones básicas. Las creencias ocurrentes son conscientes o causalmente activas de alguna otra manera, mientras que las creencias disposicionales están actualmente inactivas. Las creencias plenas implican la aceptación sin reservas de que algo es cierto, mientras que las creencias parciales incluyen un grado de certeza con respecto a la probabilidad. En su significado principal, creencia se considera como creencia-de-que, es decir, como una actitud mental hacia una proposición o un estado de cosas. Esto contrasta con el uso como creencia-en, que a menudo se refiere a la confianza en una persona o a una actitud hacia la existencia de algo. Este sentido desempeña un papel central en la creencia religiosa con respecto a la creencia en Dios. Hay varias teorías sobre cómo el contenido de una creencia depende del contenido de otras creencias mantenidas por la misma persona. Los atomistas niegan tales relaciones de dependencia, los molecularistas las restringen a creencias estrechamente relacionadas, mientras que los holistas sostienen que pueden existir entre creencias cualesquiera. Los externalistas asumen que las creencias de una persona dependen de su relación con el entorno, mientras que los internalistas sostienen que están determinadas únicamente por lo que ocurre en la cabeza de esa persona.
Las creencias desempeñan un papel central en la epistemología, donde el conocimiento se ha definido tradicionalmente como creencia verdadera justificada. Hay diferentes vías de formación de creencias: las creencias pueden originarse internamente, cuando se basan en las propias experiencias del creyente, o externamente, cuando se adoptan de otras personas.