Una democracia iliberal (en inglés: Iliberal democracy) es un sistema de gobierno en el que, aunque se celebren elecciones, los ciudadanos no tienen conocimiento de las actividades de quienes ejercen el poder real debido a la falta de libertades civiles; por tanto, no es una "sociedad abierta". Hay muchos países "que no están clasificados como "libres" ni "no libres", sino como "probablemente libres", que se encuentran en algún lugar entre regímenes democráticos y no democráticos.[1]
Los gobernantes de una democracia iliberal pueden ignorar o eludir los límites constitucionales de su poder. También tienden a ignorar la voluntad de la minoría, que es lo que hace que la democracia sea antiliberal. Las elecciones en una democracia iliberal a menudo son manipuladas o amañadas, y se utilizan para legitimar y consolidar al titular en lugar de elegir a los líderes y las políticas del país.[2]
Los politólogos y los historiadores sostienen que la democracia iliberal es antidemocrática y, por lo tanto, algunos prefieren utilizar términos como «autoritarismo electoral», «autoritarismo competitivo» o «autoritarismo blando».[3][4][5][6][7][8]
El historiador italiano Steven Forti considera que la plasmación más acabada de la «democracia iliberal» sería la Hungría de Viktor Orbán, además de constituir «el único modelo exitoso al cual todas las formaciones ultraderechistas ―aún más en países miembros de la Unión Europea y la OTAN― pueden mirar», como sería el caso de la Polonia del PiS. Forti recuerda que el estadounidense Steve Bannon ha aclamado a Orbán como «Trump antes de Trump».[9]
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