Difteria | ||
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La difteria causa un característico engrosamiento del cuello, a veces referido como “cuello de toro”. | ||
Especialidad | infectología | |
Síntomas | Dolor de garganta, fiebre, tos perruna | |
Complicaciones | Miocarditis, Neuropatía periférica, Proteinuria | |
Causas | Corynebacterium diphtheriae (propagación por contacto directo y por el aire ) | |
Diagnóstico | Examen de garganta, cultivo | |
La difteria (del griego διφθέρα, diphthéra "membrana", llamada antiguamente garrotillo y algunas veces cuero)[1] es una enfermedad infecciosa aguda epidémica, ocasionada por la exotoxina proteica producida por Corynebacterium diphtheriae (bacilo de Klebs-Löffler). Se caracteriza por la aparición de falsas membranas (pseudomembranas) firmemente adheridas, de exudado fibrinoso, que se forman principalmente en las superficies mucosas de las vías respiratorias y digestivas superiores. Suele afectar a las amígdalas, garganta, nariz, miocardio, fibras nerviosas o piel.[2]
La difteria suele propagarse entre las personas por contacto directo, a través del aire, o a través del contacto con objetos contaminados.[3][4] La transmisión asintomática y la infección crónica también son posibles.[3]Diferentes cepas de C. diphtheriae' son la causa principal en la variabilidad de la letalidad,[3] ya que la letalidad y los síntomas en sí son causados por la exotoxina producida por la bacteria.[5] El diagnóstico a menudo se puede hacer basándose en el aspecto de la garganta con confirmación por cultivo microbiológico.[5]La infección previa puede no proteger contra la infección. [6]
Una vacuna contra la difteria es eficaz para la prevención, y está disponible en varias formulaciones.[3] Se recomiendan tres o cuatro dosis, administradas junto con la vacuna contra el tétanos y la vacuna contra la tos ferina, durante la infancia. [3]Se recomiendan más dosis de la vacuna contra la difteria y el tétanos cada diez años.[3]La protección puede verificarse midiendo el nivel de antitoxina en la sangre.[3]La difteria puede prevenirse en las personas expuestas, así como tratarse con los antibióticos eritromicina o bencilpenicilina.[3] A veces es necesaria una traqueotomía para abrir las vías respiratorias en los casos graves.[6]
En 2015, se notificaron oficialmente 4500 casos en todo el mundo, frente a los casi 100 000 de 1980.[7] Se cree que antes de la década de 1980 se producían alrededor de un millón de casos al año. [6] En la actualidad, la difteria se da con mayor frecuencia en África subsahariana, India e Indonesia. [6][8] En 2015, provocó 2100 muertes, frente a las 8000 de 1990. [9][10] En las zonas donde sigue siendo frecuente, los niños son los más afectados. [6]Es poco frecuente en el mundo desarrollado debido a la vacunación generalizada, pero puede resurgir si disminuyen las tasas de vacunación.[6][11] En Estados Unidos se notificaron 57 casos entre 1980 y 2004.[3] La muerte se produce en el 5-10% de las personas diagnosticadas.[3] La enfermedad fue descrita por primera vez en el siglo V a. C. por Hipócrates. [3]La bacteria fue identificada en 1882 por Edwin Klebs.[3]