La dignidad o «cualidad de digno» (del latín dignĭtas, que se traduce por «excelencia, grandeza»)[1] hace referencia al valor inherente a cada ser humano concreto por el simple hecho de serlo, en cuanto ser dotado de libertad.[2] No se trata de una cualidad otorgada por alguien, sino consustancial al ser humano.[3] No depende de ningún tipo de condicionamiento ni de diferencias étnicas, de sexo, de condición social o cualquier otro tipo.[2] Según la distinción introducida por Antonio Millán-Puelles, esta es la dignidad ontológica, diferente a la dignidad adquirida, y este último concepto es similar al del honor.[4]