Diocleciano | ||
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Emperador del Imperio romano | ||
Cabeza de una estatua del emperador romano Diocleciano en el Museo Arqueológico de Estambul. | ||
Reinado | ||
20 de noviembre de 284-1 de abril de 286 (solo) 1 de abril de 286-1 de mayo de 305 (como Augusto de Oriente, con Maximiano como Augusto de Occidente)[1] | ||
Predecesor | Carino | |
Sucesor | Constancio Cloro y Galerio | |
Información personal | ||
Nombre completo |
Διοκλής (nombre completo desconocido) hasta su ascensión al trono; Gaius Aurelius Valerius Diocletianus Augustus (como emperador)[2] | |
Nacimiento |
c. 22 de diciembre de 244[3][4] Salona, Ilírico | |
Fallecimiento |
3 de diciembre de 311[5][6] (66 años) Palacio de Diocleciano, en Spalatum (hoy Split), Ilírico | |
Sepultura | Palacio de Diocleciano. Su tumba más tarde sería convertida en una iglesia cristiana, la catedral de Split. | |
Religión | Religión en la Antigua Roma | |
Familia | ||
Consorte | Prisca | |
Hijos | Valeria | |
Diocleciano (nombre completo: Cayo Aurelio Valerio Diocleciano Augusto;[2] en latín: Gaius Aurelius Valerius Diocletianus; en griego antiguo: Διοκλητιανός, romanizado: Diokletianós c. 24 de diciembre de 244[3][4]-3 de diciembre de 311),[5][6] nacido con el nombre de Diocles y apodado Jovius, fue emperador de Roma desde el 20 de noviembre de 284 hasta el 1 de mayo de 305. Nacido en una familia iliria de bajo estatus social en la provincia romana de Dalmacia, fue escalando puestos en la jerarquía militar hasta convertirse en el comandante de la caballería del emperador Caro. Tras la muerte de Caro y de su hijo Numeriano en campaña en Persia, Diocles fue proclamado emperador por el ejército, adoptando el nombre de Diocleciano. Consiguió acceder al trono tras un breve enfrentamiento con Carino, el otro hijo del emperador Caro, en la batalla del Margus.
El reinado de Diocleciano estabilizó el imperio y puso fin a la Crisis del siglo III. Diocleciano nombró a Maximiano coemperador, otorgándole el título de Augusto de occidente en 285. Diocleciano se reservó el gobierno de la parte oriental y delegó en Maximiano en el control de la occidental. Dioclesiano delegó aún más el 1 de marzo de 293, nombrando a Galerio y a Constancio como césares, un título similar al de príncipe o heredero del Augusto. Este nuevo régimen, conocido como la Tetrarquía, o «gobierno de cuatro», implicaba que el gobierno del Imperio se repartía geográficamente entre los cuatro gobernantes. Diocleciano aseguró las fronteras del imperio y eliminó todas las amenazas a su poder. En un movimiento que seguía la tendencia del siglo III hacia el absolutismo, Diocleciano amoldó su figura a la de un autócrata, elevándose por encima de las masas e imponiendo formas ceremoniales y arquitectónicas hacia la corte.
Diocleciano dirigió campañas militares contra las tribus sármatas y del Danubio (285-90), contra los alamanes (288) y contra usurpadores en Egipto (297-98), asegurando las fronteras del imperio y eliminando las amenazas contra su poder. En 299 Diocleciano dirigió las negociaciones con el Imperio sasánida, el enemigo tradicional del Imperio romano, consiguiendo una paz duradera y favorable. Separó y aumentó los servicios militares y civiles que los ciudadanos debían prestar al Imperio y reorganizó las divisiones provinciales creando el gobierno más grande y más burocratizado de la historia de Roma hasta entonces. Estableció nuevos centros administrativos en Nicomedia, Mediolano, Antioquía y Tréveris, puntos más cercanos a las fronteras de lo que estaba la tradicional capital en Roma.
El crecimiento burocrático y militar, las campañas militares constantes y los proyectos constructivos incrementaron el gasto del estado e hicieron necesaria una reforma fiscal. Al menos a partir del año 297 el sistema impositivo fue estandarizado de forma más equitativa y con tipos impositivos en general más altos que los que habían imperado hasta entonces.
Sin embargo, no todas sus reformas tuvieron éxito. Su Edicto sobre Precios Máximos del año 301, norma cuyo objetivo era poner fin a la inflación mediante el control estatal de los precios, no solo no tuvo éxito, sino que fue contraproducente y rápidamente ignorada. Además, y aunque fue efectivo mientras Diocleciano estuvo al mando, el sistema de la tetrarquía colapsó en el momento en que este abdicó, sustituyéndose por la lucha por el poder entre Majencio y Constantino, hijos, respectivamente, de Maximiano y Constancio. La Persecución de Diocleciano que tuvo lugar entre los años 303 y 311 se convertiría en la mayor y más sangrienta persecución oficial del imperio contra los cristianos, pero no logró su objetivo de destruirlos. Es más, a partir del año 324 el cristianismo se convirtió en la religión dominante del Imperio bajo el gobierno de Constantino I el Grande. Sin embargo, a pesar de sus fracasos, las reformas de Diocleciano cambiaron de forma fundamental la estructura del gobierno imperial y ayudaron a estabilizarlo económica y militarmente, permitiendo que el Imperio perdurase más de cien años más, cuando había estado a punto de colapsarse pocos años antes.
Enfermo y debilitado, Diocleciano abdicó el 1 de mayo de 305, convirtiéndose en el primer emperador romano en dejar voluntariamente su cargo. Desde entonces vivió en su palacio en la costa de Dalmacia, dedicado al cultivo de sus jardines y huertos. Su palacio se convertiría en el núcleo del que surgiría la actual ciudad de Split (Croacia).