Ducado de Cantabria

Ducado de Cantabria
Provincia del reino visigodo de Toledo
¿581?-¿768?

Interpretación hipotética de los límites del ducado de Cantabria[1]
Capital Amaya
Entidad Provincia del reino visigodo de Toledo
Idioma oficial Latín
Historia  
 • ¿581? Establecido
 • ¿768? Disuelto
Forma de gobierno Ducado visigodo
Precedido por
Sucedido por
Reino visigodo de Toledo
Reino de Asturias
Peña Amaya, donde se localizaba la antigua ciudad cántabra de Amaya. Situada en el extremo meridional de La Lora burgalesa, se asoma como una adelantada atalaya sobre la campiña castellana
Límites hipotéticos del ducado de Cantabria, según Martínez Díez

El ducado de Cantabria o provincia de Cantabria fue una región administrativa o militar del reino visigodo de Toledo, surgida como consecuencia de la anexión de las tierras del norte de Burgos hasta la costa cantábrica por el rey Leovigildo, completada hacia 581. Las evidencias documentales disponibles, como el acta conciliar del XIII Concilio de Toledo, o los apuntes del Anónimo de Rávena, a pesar de ser unos indicios claros de la existencia de este ducado, no son pruebas irrebatibles, y frente a los historiadores que mantienen la legitimidad de esta división, otros sostienen que la dignidad de dux conferida a Pedro de Cantabria era más honorífica que material. Sus límites hipotéticos siguen sin estar del todo claros hoy en día. Para Martínez Diez, sus límites aproximados[a]​ estaban fijados en el norte por la costa cantábrica, desde la Aquitania pirenaica a la bahía de Santander; desde aquí, y en dirección sur-sureste remontaban el valle del Pas hasta la confluencia con el Luena, y seguían hasta el puerto del Escudo, y desde aquí a Aguilar de Campoo; continuaban por el cauce del alto Pisuerga hasta las proximidades de Peña Amaya, donde se estableció la capital; continuaban en dirección este-sureste hasta Burgos para seguir las estribaciones de la sierra de la Demanda hasta Ágreda y dirigirse al norte-noreste, pasando por Sangüesa hasta los Pirineos.[2]​ Para González Echegaray, el ducado de Cantabria debía englobar los territorios de los antiguos cántabros, incidiendo en el hecho de que las fuentes clásicas mencionan el monte Hijedo, en la actual comunidad autónoma de Cantabria, como parte de esta provincia.[3]​ De igual manera, Pereda de la Reguera considera que la extensión del ducado no solo incluiría el territorio de los cántabros, sino un área mucho más amplia que se adentra hasta La Rioja, no viendo lógico además que el nombre de Cantabria o la presencia de cántabros pudiera flotar sobre un territorio durante una época concreta.[4]

La creación de esta provincia, encomendada a un dux, tenía como propósito asegurar la estabilidad del reino visigodo en el norte de la península ibérica, amenazada por las tribus vasconas. Tras el colapso de la monarquía visigoda con la invasión musulmana, el ducado fue sometido al hostigamiento de los invasores, que terminaron por conquistar y destruir la capital del ducado, Amaya, en 714. La primera constancia documental del nombre de la provincia data del año 682, cuando San Julián refiere la estancia del rey Wamba en Cantabria.[5]

No hay que confundir el ducado de Cantabria con el territorio de las antiguas tribus cántabras, cuya área de influencia fue bastante menor y no estaba completamente incluida en esta demarcación. La equivalencia entre la Cantabria romana, el ducado de Cantabria y la Cantabria actual ha sido objeto de debate.[6]

  1. Obregón Goyarrola, Fernando (2000). Breve historia de Cantabria. Estvdio. p. 71. 
  2. Martínez Díez, 2005, pp. 19-24.
  3. González Echegaray, Joaquín (1993). Los Cántabros. Estudio. pp. 186, 191-193. ISBN 9788487934230. 
  4. Pereda de la Reguera, Manuel (1979). Cantabria, raíz de España. Resma. pp. 98-99. ISBN 84-7269-006-7. 
  5. Toledo, Julián (1682). Historia Wambae regis. 
  6. Stallaert, 2005, p. 73.


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