Ecocéntrico (del griego: οἶκος oikos, "casa" y κέντρον kentron, "centro") es un término utilizado en la filosofía política ecológica para denotar un sistema de valores centrado en la naturaleza, a diferencia del centrado en el ser humano (es decir, antropocéntrico).[1][2] La justificación del ecocentrismo suele consistir en una creencia ontológica y la subsiguiente alegación ética. La creencia ontológica niega que existan divisiones existenciales entre la naturaleza humana y la no humana que sean suficientes para afirmar que los seres humanos son: (a) los únicos portadores de valor intrínseco o (b) poseen un valor intrínseco mayor que la naturaleza no humana. Por lo tanto, la alegación ética subsiguiente se refiere a la igualdad de valor intrínseco en toda la naturaleza humana y no humana, o "igualitarismo biosférico".
El ecocentrismo expone un amor hacia la naturaleza como ser abstracto total; se relaciona con la hipótesis Gaia. Al contrario que el antropocentrismo, que el sensocentrismo y que el biocentrismo, el ecocentrismo se preocupa por preservar ecosistemas y especies, no por conservar la vida de individuos específicos. Uno de los representantes del ecocentrismo es Pentti Linkola.
El ecologismo ecocentrista se diferencia del ecologismo antropocentrista en que el primero da prioridad a la conservación de las especies y de los ecosistemas sobre la conservación de los individuos —incluidos los seres humanos—, siendo que el segundo da prioridad al ser humano sobre la conservación de las especies y de los ecosistemas, defendiendo la conservación de sólo en beneficio de los humanos.