Un edificio (del latín aedificĭum)[1] es una construcción dedicada a albergar distintas actividades humanas: vivienda, templo, teatro, comercio, etc.
Los inventos humanos han ido mejorando las técnicas de construcción y decoración de sus partes, hasta hacer de la actividad de edificar una de las bellas artes: la arquitectura.
Los edificios satisfacen varias necesidades sociales: ocupación, principalmente como refugio del clima, seguridad, espacio habitable, privacidad, para almacenar pertenencias y para vivir y trabajar cómodamente. Un edificio como refugio representa una división física del hábitat humano, un lugar de comodidad y seguridad y el exterior, un lugar que a veces puede ser duro y dañino.
Desde las primeras pinturas rupestres, los edificios también se han convertido en objetos o lienzos de mucha expresión artística. En los últimos años, el interés en la planificación sostenible y las prácticas de construcción también se ha convertido en una parte intencional del proceso de diseño de muchos edificio nuevos y otras estructuras, por lo general un edificio verde.