El escudo de Heracles (en griego antiguo Ἀσπὶς Ἡρακλέους: Aspis Hêrakleous; en latín, Scutum) es un fragmento de épica griega, compuesto por 481 líneas de hexámetros. El tema del episodio es la expedición de Heracles y Yolao contra el hijo de Ares llamado Cicno, quien había desafiado a Heracles a un combate cuando este pasaba cerca de Itono (Tesalia). La historia está narrada con una dicción recargada y pesada. La sección sobrevivió aparentemente por el placer que proporcionaba su meticulosa descripción de las imágenes y viñetas representadas en extravagantes relieves sobre el escudo hecho por Hefesto para Heracles. La obra fue acríticamente atribuida a Hesíodo en la antigüedad, pero probablemente fuese escrita en el siglo VI a. C., imitando el estilo homérico.
En el centro [del escudo] estaba labrado Fobos (Miedo) inflexible, indescriptible, mirando atrás fijamente con ojos que brillaban con fuego. Su boca estaba llena de dientes en una hilera blanca, temible y desalentadora, y sobre su severa frente planea aterradora Eris (Discordia), que provoca la estampida de los hombres...
Sobre el escudo estaban moldeados Proioxis (Persecución) y Palioxis (Fuga), y Homados (Tumulto), y Fobos (Pánico), y Androktasie (Masacre). También Eris (Discordia) y Cidoimos (Alboroto) se daban prisa alrededor, y terriblemente Ker (Muerte violenta).El escudo de Heracles, 139 y ss.
La popularidad de El escudo de Heracles en la Atenas del siglo VI a. C. puede calcularse a partir de las ocurrencias en las que se detecta su presencia en vasijas áticas de entre 565 y 480 a. C.[1] La probabilidad de transmisión oral y literaria durante la misma época también ha sido estudiada.[2]
El escudo de Heracles fue impreso por vez primera, incluido en las obras completas de Hesíodo, por Aldo Manucio en Venecia (1495);[3] el texto procedía de manuscritos bizantinos. En la época moderna varios papiros han ofrecido secciones del texto, notablemente un papiro del siglo I en Berlín,[4] un papiro del siglo II de Oxirrinco[5] y el papiro Rainer de Viena, del siglo IV . Hay numerosos textos del siglo XII al XV.
Compárese esta obra con el «Escudo de Eneas» de Virgilio[6] y la mucho más breve descripción del escudo de Creneo en la Tebaida.[7] El gramático Epafrodito de Queronea escribió un comentario sobre El escudo de Heracles en el siglo I d. C. que no se conserva, pero aparece citado varias veces por Esteban de Bizancio.