El imperialismo, fase superior del capitalismo | ||
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de Vladímir Lenin | ||
Edición francesa de 1925. | ||
Género | Crítica social | |
Tema(s) | Imperialismo, theory of imperialism y marxismo | |
Edición original en ruso | ||
Título original | Империализм как высшая стадия капитализма | |
Editorial | Zhizn' i znanie | |
País | RSFS de Rusia | |
Fecha de publicación | 1917 (escrito en 1916) | |
El imperialismo, fase superior del capitalismo es un libro escrito por Vladímir Lenin en 1916 que expresa los rasgos fundamentales del imperialismo de su época.
En él, Lenin explica que la época del capitalismo de librecambio toca su fin. Acompañado por múltiples datos y estadísticas de la época, describe cómo en los países más adelantados (fundamentalmente Gran Bretaña, Alemania y los Estados Unidos de entonces), la concentración de capital ha dado lugar a grandes monopolios que acaparan sectores enteros de la producción. Esta parte es continuación de las tesis de Karl Marx en cuanto a las leyes de concentración de capital.
El capitalismo, en su fase imperialista conduce de lleno a la socialización de la producción en sus más variados aspectos; arrastra, por decirlo así, a pesar de su voluntad y conciencia, a los capitalistas a un cierto nuevo régimen social, de transición entre la plena libertad de concurrencia y la socialización completa.[1]
Los capitalistas han dejado de ser competidores anónimos dentro de un mercado desconocido y la libre competencia se ha trasformado en su contrario. La competencia en la nueva época del capitalismo, se da ahora en unas condiciones nuevas en las que solo los grandes monopolios pueden competir entre sí. El estado ha dejado de ser propiedad de toda la burguesía para pasar a estar controlado solo por los sectores monopolistas de la burguesía. El estado sirve ahora solo a los capitalistas dueños de grandes monopolios. De tal manera Lenin desarrolla el punto de vista de Marx más allá de lo que aquel pudiera haber hecho, dado que el fenómeno de los monopolios se da a partir de muy a finales del siglo XIX.
El imperialismo se caracteriza por los siguientes rasgos fundamentales:
Con todo ello se formará lo que se conoce como una cadena imperialista. Es decir, una jerarquía entre las distintas potencias cuyos eslabones de alianza y dependencia (o sometimiento) se establecen según la fuerza (política y militar) y según el capital que poseen. Para poder competir y desarrollarse cada potencia se ve sometida al papel que ocupa en dicha cadena. Dadas estas condiciones el sistema político que prevalece es un sistema imperialista , propio de aquellas potencias que se colocan a la cabeza para dominar al resto de países a costa de someterlos de una u otra manera.