Una emboscada es una táctica militar consistente en un ataque sorpresivo contra una unidad enemiga que se encuentra en movimiento u ocupando una posición de manera temporal. Usualmente ocurre después de acecharla por un período de tiempo, suele ser un encuentro breve, no requiere capturar y/o mantener el terreno y es un combate a corta distancia.[1]
El ejército estadounidense desarrollo diversas categorizaciones. Están las improvisadas, realizadas cuando una patrulla se encuentra con el enemigo sin ser detectada y decide aprovechar la oportunidad para emboscar, y las deliberadas, cuando se planifica cuidadosamente la acción en un lugar predeterminado. También pueden dividirse en puntuales, es decir, cuando hay una sola «zona de muerte» donde se ataca al enemigo, o de área, cuando hay dos o más zonas de muerte. Y por último, se las clasifica por formaciones en lineales, donde los atacantes forman en paralelo a la ruta del enemigo, usualmente en terreno abierto para que el enemigo no tenga donde huir, y en curva con forma de L, con un grupo de asalto posicionado en paralelo a la ruta del enemigo y otro de apoyo que forma un punto de presión, siendo más usada en senderos.[2]