La escasez de agua se refiere a la falta de suficientes recursos hídricos para satisfacer las demandas de consumo de agua en una región. El problema de la escasez de agua afecta a alrededor de dos mil ochocientos millones de personas en todos los continentes del mundo durante al menos un mes cada año. Más de 1300 millones de personas no tienen acceso a agua potable salubre.[1]
El concepto del estrés hídrico es relativamente nuevo y se refiere a la dificultad de obtener fuentes de agua dulce durante un cierto período, una situación que puede culminar en un mayor deterioro y agotamiento de los recursos hídricos disponibles.[2]
El déficit hídrico puede ser causado por cambios climáticos tales como patrones climáticos alterados —incluyendo sequías o inundaciones— así como el aumento de la contaminación y el aumento de la demanda humana de agua, incluso su uso excesivo.[3]
Una crisis hídrica es una situación que se produce cuando la disponibilidad de agua no contaminada dentro de una región es inferior a la demanda de agua en esta región.[4] La escasez de agua está siendo impulsada por dos fenómenos convergentes: el creciente uso de agua dulce y el agotamiento de los recursos de agua dulce disponibles.[5]
La escasez de agua puede ser el resultado de dos mecanismos: la escasez física (absoluta) de agua y la escasez económica de agua, donde la escasez física de agua es el resultado de la insuficiencia de los recursos naturales de agua para abastecer la demanda de una región, y la escasez económica de agua es el resultado de una mala gestión de los recursos hídricos disponibles. De acuerdo con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, la escasez económica de agua suele ser la principal causa en la mayoría de los países o regiones que experimentan escasez de agua, porque la mayoría de los países o regiones tienen suficiente agua dulce para satisfacer las necesidades de los hogares, así como las necesidades industriales, agrícolas y ambientales, pero carecen de los medios para proporcionarlo en una forma accesible.[6]
La reducción de la escasez de agua es una meta de muchos países y gobiernos. La ONU reconoce la importancia de la reducción del número de personas sin acceso sostenible a saneamiento y agua potable. Los objetivos de Desarrollo del Milenio formulados en la Declaración del Milenio de las Naciones Unidas afirman que para el año 2015 se pretende "reducir a la mitad para 2015 el porcentaje de personas que carecen de acceso sostenible al agua potable y al saneamiento básico."[7]
↑Clifford Chance, Tackling Water Scarcity. (Advocates for International Development, October 2011.) «Copia archivada». Archivado desde el original el 2 de noviembre de 2014. Consultado el 14 de octubre de 2013.