Un estanque es una pequeña cavidad de agua, natural o artificial, utilizado cotidianamente para proveer al riego, criar peces, nadar, etcétera, o con fines meramente ornamentales.[1][2]
Los estanques forman parte del dominio público, si son de agua salada y comunican con el mar. Los estanques particulares están sometidos a las leyes generales de la propiedad y de la salubridad pública, y pertenecen al dueño del suelo que cubren. Los peces son un accesorio de los estanques y constituyen bienes muebles por disposición legal. Actualmente, una de las principales utilidades de los estanques es la cría y multiplicación de peces (como tencas, carpas y otros). Un ejemplo de estanque con utilidad paisajística u ornamental es el estanque grande del Retiro en la ciudad española de Madrid.
Después de cada desecación debe limpiarse el estanque y dragar el lodo, el cual, expuesto al aire, constituye un excelente abono. Después de estercolado, se siembran en el fondo plantas pratenses de tallo duro; estas, una vez segadas a fines de la primavera, formarán sobre el suelo un césped cepillo, contra el que se restregarán los reproductores para depositar sus huevos.
Los estanques suelen ser, por definición, masas de agua poco profundas con una abundancia variable de plantas y animales acuáticos. La profundidad, las variaciones estacionales del nivel del agua, los flujos de nutrientes, la cantidad de luz que llega a los estanques, la forma, la presencia de grandes mamíferos visitantes, la composición de cualquier comunidad de peces y la salinidad pueden afectar a los tipos de comunidades vegetales y animales presentes.[3] Las redes tróficas se basan tanto en las algas que flotan libremente como en las plantas acuáticas. Suele haber una gran diversidad de vida acuática, con algunos ejemplos como algas, caracoles, peces, escarabajos, bichos de agua, ranas, tortugas, nutrias y ratas almizcleras. Los principales depredadores pueden ser grandes peces, garzas o caimanes. Dado que los peces son uno de los principales depredadores de las larvas de anfibios, los estanques que se secan cada año, matando así a los peces residentes, proporcionan importantes refugios para la cría de anfibios.[3] Los estanques que se secan completamente cada año se conocen a menudo como charcas vernales. Algunos estanques son producidos por la actividad animal, como las charcas de caimanes y castores, y añaden una importante diversidad a los paisajes.[3]
Con frecuencia, los estanques son creados por el hombre o se amplían más allá de su profundidad y límites originales por causas antropogénicas. Aparte de su papel como ecosistemas de agua dulce de gran biodiversidad y fundamentalmente naturales, los estanques han tenido, y siguen teniendo, muchos usos, como proporcionar agua para la agricultura, el ganado y las comunidades, ayudar en la restauración de hábitats, servir como lugares de reproducción para especies locales y migratorias, componentes decorativos de arquitectura paisajística, cuencas de control de inundaciones, urbanización general, cuencas de interceptación de contaminantes y fuentes y sumideros de Gases de efecto invernadero.