Ernst Gombrich observó que el campo de la historia del arte se parece a la Galia de César, dividida en tres partes habitadas por tribus diferentes, aunque no necesariamente hostiles: los "connoisseurs" [conocedores, aficionados], los críticos y los historiadores de arte académicos.[5]
El imposible deslindamiento de estos campos, y la estrecha vinculación entre intereses económicos, modas intelectuales y juicios estéticos dependientes del gusto artístico, hacen que el problema de la objetividad sea mucho más agudo en los estudios de historia del arte que en otros campos de la historiografía o de las ciencias sociales, siendo éstas ya de por sí más subjetivas que las ciencias físico-naturales. El lenguaje utilizado en parte de la producción literaria que trata sobre arte, en ocasiones tiende a descuidar el rigor formal y la precisión metodológica propia de los textos científicos, en beneficio de la propia calidad estética de lo escrito, o cae en vicios como la hipérbole (ponderación exagerada de las cualidades o búsqueda de parangones, similitudes y relaciones improbables) y la mistificación (ocultamiento, falseamiento o incluso invención de datos).[6]
↑Teoría y función del arte o formulaciones similares suelen ser el capítulo introductorio de los manuales de Historia del Arte, por ejemplo el de Antonio Fernández, Emilio Barnechea y Juan Haro (múltiples reediciones, la de 1992) Barcelona: Vicens Vives, ISBN 84-316-2554-6; Grupo Ágora (1999), Madrid: Akal, ISBN 84-460-1571-2Las opiniones encontradas que han ocasionado los debates sobre los orígenes del arte coinciden con los que intentan explicar su significado, que ha variado según la época y el pensamiento de los artistas. Como afirma Octavio Paz ... es sólo una configuración de signos que cada espectador "arregla" a su manera y cada uno de estos arreglos emite un significado propio y diferente" (pg. 11). No un manual, sino un ensayo, es el de Fernando Checa y otros (1980) Guía para el estudio de la Historia del Arte. Madrid: Cátedra ISBN 84-376-0247-5
↑Ernst Gombrich (1996). The Essential Gombrich, p. 7. London: Phaidon Press
↑Félix de Azúa, en un provocativo artículo Sobre el alma y el cuerpo (El País, 16/02/2009), realizó una parodia de estudio sobre la obra de Francis Bacon a la luz de una falsa biografía y unas imposibles comparaciones. El escándalo que produjo es recogido por el mismo autor en un segundo artículo (Historia e impostura, una fraternidad, El País, 20/04/2009), donde explicita su reflexión sobre el tema. Sobre cuestiones similares reflexiona Umberto Eco (2004) Historia de la Belleza, Barcelona: Lumen ISBN 84-264-1468-0...ya no podrá distinguir el ideal estético difundido por los medios de comunicación del siglo XX en adelante. Deberá rendirse a la orgía de la tolerancia, al sincretismo total, al absoluto e imparable politeísmo de la belleza. (pg. 428). También del mismo autor (2007) Historia de la Fealdad, Barcelona: Lumen ISBN 978-84-264-1634-6.