Los fasces (masculino plural por ser una palabra plurale tantum proveniente del latín fascis, «haz», «manojo») o haz de lictores eran la unión de 30 varas (generalmente de abedul u olmo, una por cada curia de la Antigua Roma), atadas de manera ritual con una cinta de cuero rojo formando un cilindro que sujeta un hacha común o una labrys.