Según la concepción lineal de tiempo que tienen la mayoría de las civilizaciones humanas, el futuro es la porción de la línea temporal que todavía no ha sucedido. En otras palabras, es una conjetura que bien puede ser anticipada, predicha, especulada, postulada, teorizada o calculada a partir de datos en un instante de tiempo concreto. En la relatividad especial el futuro se considera el futuro absoluto real o el futuro del tiempo.
En física relativista el tiempo se considera una cuarta dimensión. Fijado un evento del espacio-tiempo y un observador concreto, se puede dividir el espacio-tiempo en tres regiones conexas (futuro causal, pasado causal y eventos no relacionados causalmente) separadas por el evento del presente. En estos términos, el futuro causal es real pero incierto: es un conjunto topológico construido a partir de geodésicas emergentes. Nótese que dados dos observadores diferentes, sus futuros causales difieren, por lo que el futuro no es una región absoluta definida con independencia del observador.
En la filosofía del presentismo se postula que solo existe el presente y que el futuro y el pasado son inexistentes. Las religiones consideran el futuro cuando tratan temas como el karma, la vida después de la muerte y las escatologías; estudian cómo será el fin del tiempo y del mundo. Algunas figuras religiosas, como los profetas y adivinadores, han alegado poder ver el futuro.
Los estudios del futuro -o la futurología- es la ciencia, arte y práctica de postular futuros posibles. Los modernos practicantes subrayan la importancia de los futuros alternativos en vez del futuro monolítico o único, los límites de la predicción y la probabilidad frente a la creación de futuros posibles o preferibles.