Georg Wilhelm Friedrich Hegel

Georg Hegel

Hegel según Jakob Schlesinger, 1831.
Información personal
Nombre de nacimiento Georg Wilhelm Friedrich Hegel
Nacimiento 27 de agosto de 1770
Stuttgart, Ducado de Wurtemberg
Fallecimiento 14 de noviembre de 1831 (61 años)
Berlín, Reino de Prusia
Causa de muerte Cólera
Sepultura Cementerio Dorotheenstadt
Nacionalidad Alemana
Lengua materna Alemán Ver y modificar los datos en Wikidata
Familia
Padres Georg Ludwig Hegel Ver y modificar los datos en Wikidata
Maria Magdalena Louisa Fromm Ver y modificar los datos en Wikidata
Cónyuge Marie von Tucher (desde 1811) Ver y modificar los datos en Wikidata
Hijos Karl Von Hegel Ver y modificar los datos en Wikidata
Educación
Educación doctorado Ver y modificar los datos en Wikidata
Educado en Tübinger Stift
Supervisor doctoral Friedrich Schelling Ver y modificar los datos en Wikidata
Información profesional
Ocupación Filósofo
Años activo 1788-1831
Conocido por La teoría del idealismo absoluto, la dialéctica y la dialéctica del amo y el esclavo
Empleador
Estudiantes doctorales Johann Eduard Erdmann Ver y modificar los datos en Wikidata
Alumnos Max Stirner Ver y modificar los datos en Wikidata
Movimientos Idealismo alemán, historicismo y hegelianismo Ver y modificar los datos en Wikidata
Obras notables Fenomenología del espíritu, Ciencia de la lógica, Enciclopedia de las ciencias filosóficas, Elementos de la filosofía del derecho
Predecesor Aristóteles, Platón, Descartes, Goethe, Spinoza, Leibniz, Rousseau, Kant, Fichte, Hölderlin, Schelling, Adam Smith.
Sucesor Bauer, Marx, Bradley, Gentile, Barth, Adorno, Brandom, Butler
Distinciones
  • Orden del Águila Roja de 3° Clase (1831) Ver y modificar los datos en Wikidata
Firma

Georg Wilhelm Friedrich Hegel (Stuttgart, 27 de agosto de 1770-Berlín, 14 de noviembre de 1831) fue el filósofo más notable del Idealismo alemán, el último de la Modernidad, llamado incluso la «conciencia de la modernidad».[1]

La pretensión más general de su filosofía podría decirse que es la de explicar lógicamente el proceso a través del cual lo real y la verdad llegan a constituirse como tales, ello mediante la exposición sistemática de la racionalidad intrínseca de todo lo efectivamente dado en el mundo. En el célebre Prefacio a los Principios de la Filosofía del Derecho (1817) afirma que la tarea de la filosofía es «concebir lo que es, pues lo que es es la razón»[2]​ y que tal como el individuo «es hijo de su tiempo; de la misma manera, la filosofía es su tiempo aprehendido en pensamientos».[3]

Una de sus contribuciones más controvertidas para algunos, brillante para otros, es el rol que la dialéctica juega en todo lo dado. Esta, en su gran obra de juventud durante su periodo jeniense, Fenomenología del Espíritu (1807), está ligada a la experiencia que la conciencia natural sufre al perder la concepción previa que tenía de su objeto -sea ella misma como en esta obra o un objeto cualesquiera- al ser reemplazada por una nueva. Es una violencia que ella se hace a sí misma donde la relación entre objeto y concepto previa es superada por una nueva sin dejar, sin embargo, completamente negada la concepción anterior, sino que la supera conservando el contenido de verdad que pudiese anidarse en ella.[4]​ Es por este motivo que la dialéctica hegeliana es asociada con una negación determinada, distinta a la del escepticismo, puesto que esta termina consumándose en un largo camino de depuración, desde su versión más ingenua, hasta el conocimiento absoluto. Pero a diferencia de Kant, su predecesor, Hegel defendía un tipo de Razón que resultaba de la relación dialéctica entre los raciocinios individuales y los hechos impredecibles de la realidad, y cuya sustancia solo podía comprenderse a posteriori, siendo de esta forma una razón histórica, colectiva y providencialista. De ahí su expresión «astucia de la razón», por cuanto difícilmente alguien podría por sí solo considerar todas las variables relevantes para realizar en el mundo, de manera previsible, un ideario de la conciencia: la razón produce resultados que «escapan» a las previsiones que uno pudiera hacer en relación con su funcionalidad presente, desplegándose según una predestinación que a priori le es inaccesible.

Su teoría fue reinterpretada por Karl Marx desde una óptica materialista, subordinando de esta manera al género humano y su razón (fenómeno secundario en Marx) a los vaivenes de las grandes conformaciones de la materia (la Iglesia, el Estado y el Mercado, por ejemplo): el ser humano depende inevitablemente de sus condiciones ideales y materiales, enfrentándose a ellas en una dialéctica imperecedera, la cual no le hace libre en modo alguno, sino más bien le otorga una nueva forma material en cada ciclo dialéctico.

Recibió su formación en el Tübinger Stift (seminario de la Iglesia Protestante en Wurtemberg), donde trabó amistad con el futuro filósofo Friedrich Schelling y el poeta Friedrich Hölderlin. Admiraba las obras de Platón, Aristóteles, Descartes, Spinoza, Kant, Rousseau, así como la Revolución Francesa, la cual acabó rechazando cuando esta cayó en manos del terror jacobino. Aunque se sospechó que fue víctima de una epidemia de cólera que hizo estragos durante el verano y el otoño de 1831, recientes investigaciones apuntan a causas desconocidas y no al cólera como causa de muerte, descartando esta última.[5]​ Fue el padre del historiador Karl von Hegel (1813-1901).

Considerado por la historia clásica de la filosofía como el representante de «la cumbre del movimiento decimonónico alemán del idealismo filosófico» y como un revolucionario de la dialéctica, habría de tener un impacto profundo en el materialismo histórico de Karl Marx. La relación intelectual entre Marx y Hegel ha sido una gran fuente de interés por la obra de Hegel. Su pensamiento generó una serie de reacciones y revoluciones que van desde la explicación del materialismo marxista, el preexistencialismo de Søren Kierkegaard, el escape de la metafísica de Friedrich Nietzsche, el existencialismo de Gabriel Marcel, la crítica a la ontología de Martin Heidegger, el pensamiento de Jean-Paul Sartre, la filosofía nietzscheana de Georges Bataille, el actualismo de Giovanni Gentile, la dialéctica negativa de Theodor W. Adorno, la teoría de la deconstrucción de Jacques Derrida y la teoría psicoanalítica de Jacques Lacan, entre otros. Resulta patente, en este sentido, el impacto que el sistema hegeliano ha tenido en la filosofía continental y, en especial, en la filosofía francesa del último siglo, donde la recepción de Hegel estuvo mediada, principalmente, por Jean Hyppolite, Alexandre Koyré y Alexandre Kojève.

  1. Jaeshcke, Walter (1998). Antonio Gómez Ramos, ed. Hegel. La Conciencia de la Modernidad. Akal. ISBN 84-460-0884-X. 
  2. Hegel, Georg Wilhelm Friedrich (1999). Principios de la filosofía del derecho, o, Derecho natural y ciencia política (2. ed edición). Edhasa. ISBN 84-350-2704-X. OCLC 42999076. Consultado el 14 de febrero de 2021. 
  3. Hegel, Georg, W, F. (1999). «Prefacio». En Juan Luis Vernal, ed. Principios de la Filosofía del Derecho. Edhasa. p. 61. ISBN 84-350-2704-X. 
  4. Hegel, George, W, F. (2010). «Introducción». En Antonio Gómez Ramos, ed. Fenomenología del Espíritu (en español-Aleman). Abada. p. 157. ISBN 978-84-96775-71-8. 
  5. Félix Duque y Juan Antonio Vargas. «La muerte de Hegel: misterio resuelto». 

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