Se llama grafiti,[1] grafito[2] o pintada (las dos primeras, del italiano graffiti, graffire, y esta a su vez, del latín scariphare, «incidir con el scariphus» —estilete o punzón, con el que los antiguos escribían sobre tablas—)[3] a una modalidad de pintura libre, destacada por su ilegalidad, generalmente realizada en espacios urbanos. Su origen se remonta a las inscripciones que han quedado en paredes desde los tiempos del Imperio romano, especialmente las que son de carácter satírico o crítico. Para denominar estas inscripciones de época arqueológica es más frecuente el uso de la palabra «grafito».