Guerra de Troya

Guerra de Troya
Guerra en Troya
Parte de mitología griega

La caída de Troya, por Johann Georg Trautmann (siglo XVIII).
Fecha Eratóstenes fechó la guerra de Troya entre el 1194 a. C. y el 1184 a. C., la Marmor Parium entre el 1219 y el 1209 a. C., y Heródoto en el 1250 a. C. No obstante, la realidad histórica de esta guerra es motivo de debate.
Lugar La ciudad de Troya y sus alrededores
Casus belli Rapto de Helena de Esparta por el príncipe Paris
Resultado Victoria de los aqueos sobre Troya
Destrucción de la ciudad
Expulsión de los habitantes
Beligerantes
Coalición de Estados aqueos conformada por: Troya y sus aliados
Comandantes
Agamenón
Menelao
Odiseo
Néstor
Aquiles
Áyax el Grande
Áyax el Menor
Diomedes
Patroclo
Idomeneo
Teucro
Príamo
Héctor
Paris
Eneas
Sarpedón
Hipólita
Pentesilea
Memnón

En la mitología griega, la guerra de Troya fue un conflicto bélico en el que se enfrentaron una coalición de ejércitos aqueos contra la ciudad de Troya, ubicada en Asia Menor, y sus aliados. Según Homero, se trataría de una expedición de castigo por parte de los aqueos, cuyo pretexto habría sido el rapto —o fuga— de Helena de Esparta por el príncipe Paris de Troya.

Esta guerra es uno de los ejes centrales de la épica grecolatina y fue narrada desde la época arcaica en un ciclo de poemas épicos de los que solo dos han llegado intactos a la actualidad, la Ilíada y la Odisea, atribuidos a Homero. La Ilíada describe un episodio de esta guerra, y la Odisea narra el viaje de vuelta a casa de Odiseo, uno de los líderes griegos. Otros muchos escritores griegos y romanos posteriores elaboraron diferentes relatos sobre esta guerra. Asimismo, los pintores y escultores representaron en sus obras múltiples pasajes de la guerra de Troya.

Los antiguos griegos creían que la guerra de Troya había sucedido realmente. El historiador Heródoto opinaba que esta guerra había sido la causa originaria de las enemistades entre persas y griegos. Incluso algunas de sus costumbres estaban relacionadas con esta guerra, como las vírgenes que enviaban anualmente los locrios al templo de Atenea de Troya. Por otra parte, los romanos se consideraban descendientes de los troyanos que consiguieron sobrevivir a la guerra. No obstante, algunos autores de la Antigüedad cuestionaban la veracidad de algunos de los eventos relatados.

Las excavaciones realizadas por Heinrich Schliemann a finales del siglo XIX, así como el estudio de documentos de los archivos reales del Imperio hitita empezaron a alimentar un prolífico debate sobre la existencia de un fundamento histórico en la guerra de Troya. Sin embargo, aunque la identidad de Troya como escenario histórico cuenta con el acuerdo de la mayoría de los investigadores, no se ha podido demostrar que se emprendiera contra la ciudad una expedición de guerra capitaneada por atacantes griegos.


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