Un himno es un canto o un texto lírico que expresa sentimientos positivos, de alegría y celebración.
En la antigüedad era una composición coral en honor a una divinidad y es retomado con pleno valor litúrgico en la literatura latina cristiana de la Edad Media (por ejemplo, el Pange lingua escrito por Tomás de Aquino para conmemorar el día del Corpus). El vocablo deriva del idioma griego ὕμνος (hymnos) y pasó a casi todas las lenguas de Europa en un mismo sentido o significación.
Es, además, la representación musical o literaria de un acontecimiento tan elevado que produce la necesidad de plasmarlo en música o texto.
Un himno puede estar dedicado a dioses, un santo, un héroe o a una persona célebre. También puede estar dedicado a celebrar una victoria u otro suceso memorable o a expresar júbilo o entusiasmo, en cuyo caso conviene mejor llamarlo oda. Asimismo puede ser una composición musical que identifica a una colectividad, una región, un pueblo o una nación y que une a quienes la interpretan. Estos últimos himnos suelen ser, o bien marchas, o bien poemas líricos.
Un himno nacional es una composición musical emblemática de una nación, que la identifica y que une entre sí a quienes la interpretan.[1]
En general, los himnos nacionales tratan de reflejar la unión, el sentimiento de solidaridad y la glorificación de la historia y las tradiciones de un país.[2] En muchos casos, no fueron escritos con ese objetivo, sino que adquirieron esa función después de conmemorar algún acontecimiento histórico o militar, especialmente durante el despertar del sentimiento nacional de los siglos xviii y xix. Durante los siglos xix y xx, con el crecimiento del número de países independientes, muchos de ellos adoptaron himnos nacionales que, en algunos casos, coexistían con canciones populares de carácter patriótico utilizadas.[3]