La Historia Registrada o más propiamente dicha Historia Escrita, es una narrativa histórica basada en un registro escrito o comunicación documentada. Contrasta con otras narrativas del pasado, como las tradiciones mitológicas, orales o arqueológicas. Para la historia universal más amplia, los sucesos escritos comienzan con la necesidad de contabilidad de excedentes, tributos y gastos alrededor del tercer o cuarto milenio antes de Cristo, que así mismo, coincide con el surgimiento de los registros escritos de Mesopotamia y Egipto. Para algunas regiones geográficas o culturas, la historia escrita se limita a un período relativamente reciente en la historia humana debido al uso limitado de los registros escritos. Además, las culturas humanas no siempre registran toda la información relevante para historiadores posteriores, como el impacto total de los desastres naturales o los nombres de individuos; por lo tanto, el historial registrado para tipos particulares de información está limitado en función de los tipos de registros que se mantienen. Debido a esto, el historial registrado en diferentes contextos puede referirse a diferentes períodos de tiempo dependiendo del tema.
La interpretación de la historia registrada a menudo se basa en el método histórico o en el conjunto de técnicas y pautas en el cual, los historiadores utilizan fuentes primarias y otras evidencias para investigar y, luego escribir relatos del pasado. La cuestión de la naturaleza, e incluso la posibilidad, de un método efectivo para interpretar la historia registrada, se plantea pues, en la filosofía de la historia como una cuestión de epistemología. El estudio de los diferentes métodos históricos se conoce como historiografía, que se centra en examinar cómo los diferentes intérpretes de la historia registrada crean diferentes interpretaciones de la evidencia histórica.