Las humanidades (del latín humanitas) son un conjunto de disciplinas académicas, que estudian los aspectos esenciales de la existencia humana, incluyendo la cultura, la sociedad, el pensamiento, el arte, la historia, la literatura, la filosofía y otros ámbitos característicos de la vida y expresión humana. Existen otras denominaciones, como el concepto de «letras», que se utilizan habitualmente por oposición a las denominadas «ciencias» (debate de las dos culturas). No obstante, existen otras denominaciones cuya identificación, asociación o diferenciación con la de «humanidades» es más problemática (según la intención de quien las utilice) y que conllevan distintas consideraciones epistemológicas y metodológicas: las de «ciencias sociales» y «ciencias humanas». Se supone a las disciplinas humanísticas un mayor carácter ideográfico: el estudio de particularidades sin crear leyes o postulados generales. En su origen (los studia humanitatis del humanismo renacentista), los saberes humanísticos o letras humanas se definían por oposición a las letras divinas.[1] Por lo demás, las humanidades, a diferencia de las ciencias humanas, estas de mayor preferencia románica y germánica y de mayor solidez epistemológica, constituyen un marbete de dominante orientación anglosajona.
Como elemento básico y definitorio de la civilización occidental y del sistema educativo tradicional (en este último también llegan a denominarse formación humanística),[2] las humanidades están especialmente vinculadas a los denominados estudios clásicos: el arte y la cultura fundamentada en la Antigüedad grecorromana y que con diversas adiciones a lo largo de los siglos fue conformando el denominado canon occidental, a lo que los críticos de esta perspectiva acusan de distintos sesgos (intelectualismo, machismo, eurocentrismo, obsolescencia) resumidos en la expresión peyorativa dead white males («varones blancos muertos»).[3]
Considerar o no a unas u otras disciplinas como «humanidades» o «ciencias sociales» es un problema académico que trasciende la mera consideración organizativa o universitaria, puesto que implica la condición científica o no de unos u otros saberes (sea cual sea el alcance de tal definición, dado que el criterio de cientificidad tampoco es universalmente aceptado). Para algunos autores, tal «cientificidad» es precisamente lo que no pretenden buscar los saberes que aspiran a aproximarse a la condición humana y construir la convivencia social a través de el cultivo del pasado por medio del estudio filológico y hermenéutico.[4]
Entre las disciplinas o campos de estudio que pueden considerarse como parte de las humanidades (sin que exista un consenso generalizado en ninguna enumeración de ellas), están la filosofía, el derecho, la sociología, la antropología, la politología, la filología (lingüística, la semiología, la literatura, la historia de la literatura, la crítica literaria), la historia, la geografía, los estudios de arte (de artes plásticas, las artes escénicas y la música, la musicología, la estética, la teoría del arte, la crítica de arte), las ciencias de la comunicación (periodismo, publicidad, documentación, biblioteconomía), entre algunas otras.[5] Paradójicamente, a pesar de la oposición terminológica inicial, los estudios de religión («divinidades» —divinities en lengua inglesa—) y la teología también se suelen considerar como parte de las «humanidades».
Los estudiosos de las humanidades se denominan humanities scholars o a veces humanistas.[6] El término humanista también describe la posición filosófica del humanismo, que antihumanista rechazan los estudiosos de las humanidades. Los eruditos y artistas del Renacimiento también son conocidos como humanistas. Algunas escuelas secundarias ofrecen clases de humanidades que suelen consistir en literatura, historia, lengua extranjera y arte.
Las disciplinas humanas como la historia y la lengua utilizan principalmente el método comparativo[7] y la investigación comparativa. Otros métodos utilizados en las humanidades son la hermenéutica, la crítica de fuentes, la interpretación estética y la razón especulativa.