Industria cultural

El concepto industria cultural fue desarrollado por Theodor Adorno (1903-1969) y Max Horkheimer (1895-1973) aunque en un principio fue utilizado en singular, actualmente nos referimos a él en plural: industrias culturales. Hace referencia a un conjunto de sectores encargados de la creación, producción, exhibición, distribución y/o difusión de servicios y bienes culturales, tales como el arte, el entretenimiento, el diseño, la arquitectura, la publicidad, la gastronomía y el turismo. El concepto de sector nace a finales de los años setenta. A posteriori, el concepto de industrias culturales no se entiende como tal hasta finales de los años noventa, y así se desvincula del mercado, tal y como se hacía antes.

De las industrias culturales proviene el fenómeno conocido como cultura de masas. El concepto de industria cultural no sólo hace alusión al tipo de cultura que se transmite en los medios masivos sino que también los bienes culturales que se diseñan y producen conforme a los objetivos de la acumulación capitalista y de la ganancia de utilidades.

Estas pueden ser autofinanciables y dejar se ser función del estado. Además, el marco jurídico que hace referencia al patrimonio cultural y su legislación ya no responde del todo a las innovaciones tecnológicas y a las políticas de resguardo y protección. En este caso, la industria cultural ha obtenido el usufructo de bienes patrimoniales.[1]

  1. ADRIANA ZAPETT INVESTIGADORA DEL CENIDIAP, ed. (5 de diciembre de 2022). Dialéctica del iluminismo. Buenos Aires: Contexto. pp. pp. 146 a 199. Consultado el 17 de noviembre de 2022. 

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