El laicismo es la doctrina, corriente de pensamiento, ideología, movimiento político, legislación o política de gobierno de lo laico[1][2], que defiende o favorece la existencia de una sociedad organizada de manera aconfesional, es decir, de forma independiente o, en su caso, ajena a los preceptos de las confesiones religiosas. Su ejemplo más representativo es el «Estado laico» o «no confesional».
El concepto de «Estado laico», opuesto al de «Estado confesional», surgió históricamente de la separación Iglesia-Estado que tuvo lugar en Francia a finales del siglo XIX, aunque la separación entre las instituciones del Estado y las Iglesias u organizaciones religiosas se ha producido, en mayor o menor medida, en otros momentos y lugares, normalmente vinculada a la Ilustración y a la Revolución liberal.
Los laicistas consideran que su postura garantiza la libertad intelectual además de la no imposición de las normas y valores morales particulares de ninguna religión o de la irreligión. El laicismo busca la secularización del Estado.[3] Se distingue del ateísmo de Estado, en cuanto busca la neutralidad del mismo; y del anticlericalismo y la antirreligión radicales, en cuanto no condena la existencia y práctica de las religiones.